27/10/16

Atanasio Antonio Lanz y Zabala
 Por Chalo Agnelli

Con el ejemplo y la motivación educativo y la acción social de sus padres, Atanasio Lanz y García y María Bernarda Zabala, Atanasio Antonio desarrolló para Quilmes y para el actual partido de Berazategui una tarea ímproba. Nació en el pueblo de Quilmes el 2 de mayo de 1877. De muy joven ejerció como maestro en la escuela de su familia.


Su padre fue uno de los primeros maestros del pueblo San Francisco, hoy Berazategui; con su esposa, llegó a la Argentina en 1871 con 28 años. Se instaló en Quilmes con una escuela particular y luego fue designado maestro-fundador de la N° 4, escuela que creó el 16 de diciembre de 1874. El 15 de agosto de 1877 el Consejo Escolar la traslada al pueblo San Francisco, próximo a la estación Berazategui, (es la actual N° 1 de Berazategui) en una propiedad de Antonio Grassi (21 y 148). Revalidó su título en 1877 y fue director en 1899. La Escuela N° 1 de Berazategui lleva el nombre de Narciso F. de Laprida. La avenida N° 24 de Berazategui, desde las vías del ferrocarril Roca hasta la ruta Prov. 36 (ex 2) en dirección NE – SO homenajea a Atanasio Lanz y García.

CARRERA DOCENTE 

El 20 de julio de 1897, Atanasio Antonio aprueba el examen como maestro según consta en el Registro N° 22, folio 49. El 1 de noviembre de 1899, con 22 años, toma posesión del cargo de Director por nombramiento otorgado por el Consejo Escolar en lugar del Director-Fundador, su padre, que habiendo cumplido 56 años, se jubila por decreto del Poder Ejecutivo. Don Atanasio padre, muere en 1913 y sus restos se colocaron en el Panteón de los Maestros creado a instancias de su hijo en el cementerio de Ezpeleta. Atanasio hijo, permaneció en el cargo de director de la Escuela N° 4 hasta 1909 en que pasó a la Escuela N° 1, como su 11° director. Atanasio padre estuvo presente en el acto de fundación de la escuela Normal de Quilmes cuya creación promovió su hijo, su firma está en el Libro de Acta Fundacional que se guarda en la Biblioteca Goyena de Quilmes.

LA ESCUELA NORMAL DE QUILMES

Atanasio Antonio fue designado Inspector Técnico de las escuelas de la provincia desde el 28 de febrero de 1911, hasta 1914. Es desde este cargo que inició la campaña para la creación de la Escuela Normal: 
“...donde vayan niños con todas las comodidades y en forma poco onerosa obtengan el título que los acredite como educadores y para que una vez recibidos apliquen su saber principalmente, en las escuelas del distrito”. Párrafo del discurso dicho por Lanz en el Club Social de Quilmes, en razón de la convocatoria para buscar adscripciones a su propuesta. Integró dicha Comisión Fundadora que alcanzó el anhelado objetivo el 26 de setiembre de 1912; y el 23 de octubre de ese mismo año, la Escuela Normal Nacional Mixta de Quilmes abrió sus puertas a la juventud quilmeña. Fue su primer director el catamarqueño Prof. José Sosa del Valle.

Más adelante, Lanz, participó en la fundación de la escuela de Artes y Oficios de Quilmes y de siete escuelas primarias. Tareas en que lo acompañaron sus hermanos María y Salustián.

Como autor didáctico escribió: “Enseñanza de la lectura y la escritura en 75 días hábiles” (1907), como respuesta a la circular del 31 de marzo de 1905, del Prof. Ángel C. Bassi, aparecida en la “Revista de Educación” que manifiesta que dicha enseñanza en primer grado es deficiente y que se da en un período excesivamente largo. El informe mostraba las experiencias y resultados de un método que permitía subsanar las dificultades que manifestaba el profesor Bassi; “Estudio sobre la argentinización del carácter del niño en toda la República” (1907), “Argentinización del pueblo de la República” (1909) estas dos últimas obras con el fin claro de incorporar a los inmigrantes y sus hijos a la nueva nacionalidad; “Supresión de las pizarras de mano en las escuelas” (1923), por antihigiénica, costosa y favorecedora de la pesadez y dureza del trazo caligráfico; consideraba que la pizarra manual no permitía desarrollar las variantes instintivas y caracterológicas de la escritura. De este modo se adelantó a investigaciones psicopedagógicas realizadas mucho después. La pizarra sustituida oficialmente por el cuaderno de aula por resolución del 9 de noviembre de 1906; “El gramófono en las escuelas” (1911); el Boletín del Consejo Escolar de Quilmas donde se publicaron muchas de sus ideas innovadoras, con los objetivos de actualizar la enseñanza y afianzar el aprendizaje; “Ciencia y Artes de transmitir enseñanza primaria a los niños y adolescentes por medio del periodismo” del que se hicieron tres ediciones, la última en febrero de 1929.


Integró el Consejo Escolar de Quilmes durante diez años (los cargos de consejeros escolares, en esos años, eran ad-honorem) En 1921, siendo presidente de dicha institución, publicó la "Revista mensual de instrucción pública”; con artículos de temática educativa y noticias de los progresos y necesidades de la educación en el amplio distrito de Quilmes que además de los actuales límites del Partido de Quilmes, abarcaba el partido de Berazategui con las localidades de Hudson, Plátanos, Villa España y Ranelagh. 

Por su iniciativa se creó la primera escuela de adultos en Quilmes, la N° 25 en 1909, y fundó la de adultos N° 26 de Berazategui ese mismo año - recuperando la iniciativa que habían iniciado Martín Cristoforetti, el Dr. Wilde y Agustín Matienzo varios años atrás - y retomando la idea de Basset y Mansilla inició la tradición de izar la Bandera Argentina antes de comenzar cada jornada, siendo la primera escuela que concreta esta costumbre la N° 4 (actual N° 1 de Berazategui). 

Amante del terruño que sus padres, inmigrantes españoles, eligieron para transcurrir sus vidas y desarrollar su vocación docente, escribió: “Apuntes para la historia de Berazategui”.

En 1926, realiza un largo viaje por las ciudades más importantes de Europa ampliando sus conocimientos pedagógicos y visitando numerosas instituciones educativas. Experiencia que no se guardó, sino que difundió con charlas y conferencias en todo el distrito, localidades vecinas, en La Plata y la Capital Federal.

Fue presidente de la Comisión Organizadora del IVº Congreso Nacional de Sociedades Populares de Educación, realizado desde el 6 al 14 de diciembre de 1930, donde presentó cuatro proyectos: “Creación de la escuela de artes y oficios”; “Difusión del Libro”; “Divulgación de conocimientos útiles por la prensa” y “Lucha contra el analfabetismo”.

Además de concienzudo docente, como en todas las épocas, los ingresos que le aportaba su carrera no eran suficientes, de modo que emprendió negocios inmobiliarios en su pueblo natal; oficina inmobiliaria que descuidaba bastante por sus múltiples tareas.

ACTIVIDAD GREMIAL 

Desarrolló una nutrida actividad gremial docente desde muy joven. En 1895, en ocasión que la demora en el pago de los sueldos llevaba varios meses propuso en la asamblea de maestros realizada al efecto, realizar una huelga. La propuesta asustó a sus colegas de mayor rango y formaron una comisión encabezada por las docentes Juana M. Cabrera y Celestina Marty de MacKay para llevar sus reclamos a la Dirección General de Escuelas.

Como vicepresidente de la comisión central de la Asociación de Maestros de la provincia y presidente de la Comisión Local de Quilmes a partir de 1930, promovió la instalación de un Panteón del Magisterio Quilmeño (allí fueron depositados los restos de sus padres y de él mismo). Dicho panteón fue cayendo en el desuso y el abandonado. En años recientes fue transformado en un panteón municipal llamado del Rosario.

Lanz fue vocal de la Liga Nacional de Educación de Buenos Aires. Obtuvo que la empresa del Ferrocarril del Sud (hoy el Roca) designara un tren que trasladaba a Quilmes, en horario adecuado, a los maestros de la ciudad de La Plata, cubriendo una falencia inapelable pues los maestros residentes en la zona no eran suficientes para el vertiginoso crecimiento poblacional, estimulado por el incremento industrial en la zona. 

ACTIVIDAD SOCIAL 

Durante 1906, con los señores Antonio Carbone y otros vecinos de Berazategui, reúnen un grupo de jóvenes y crean una sociedad recreativa que llaman “Alegre Sonreír”, cuya comisión directiva integró como vicepresidente. Su fin era organizar reuniones y encuentros sociales y culturales. Sus bailes guardaron un recuerdo entrañable en muchos vecinos de la comunidad. Antonio Lanz, desbordante de iniciativas, no descuidó ningún aspecto comunitario; hizo también aportes a la vida social imprescindibles para un pueblo en formación. Ya antes, en 1890, con tan solo 13 años, redactó el reglamento de “La Esperanza”, sociedad cosmopolita de socorros mutuos, promovida por Francisco Armanino. Entidad que se constituyó el 11 de enero de 1891, en la vivienda de Martín Barrabino. Lanz, con su poca edad, fue designado secretario ayudante de la comisión directiva. Luego llegaría a ser presidente.

Fue presidente, vice y vocal del Banco de la Provincia y un inagotable gestor de decisiones y concreciones que lo superaban, a veces, pero se le sumaba a sus virtudes el alto poder de convocatoria que lo caracterizaba, de modo que siempre hallaba seguidores que dieran fin positivo a sus ideas, si él no las podía alcanzar todas. Apasionado por la educación, estaba convencido de que sus resultados eran básicos para la dignidad personal y social de la mujer y el hombre.

En 1897, se lo nombró escrutador para las elecciones municipales. En 1901, fue Alcalde del cuartel 4°. Perteneció como vocal a la comisión directiva que fundó el Hospital de Quilmes, el 31 de julio de 1919. Tuvo la responsabilidad de informar el 2 de agosto de 1921, los estatutos de la entidad redactados por el escribano Andrés Ramella.

EL PERIODISTA 

Desarrolló una amplia tarea periodística como corresponsal del diario “La Prensa” durante 30 años. Fue a través de este diario que, acompañando la iniciativa de otros convecinos, promovió una campaña para que Quilmes fuera designada Ciudad, resaltando la importancia histórica, social educativa y económica que había alcanzado el pueblo. Su empeño tenaz interesó a los legisladores de esos años, a los que visitaba frecuentemente con una voluminosa documentación y firmas de vecinos de todas las clases sociales, para fundamentar su propuesta. Alcanzó su objetivo el 2 de agosto de 1916 con la Ley Nº 3627 del gobierno provincial. 

Murió en su hogar de la calle Alem 225 de Quilmes, el 21 de enero de 1935, a los 58 años, en plena acción y siempre preocupado por la cultura, la educación, es decir, el progreso de este pueblo. “Serán mis preceptos, una vez llevados a la práctica, una escuela en movimiento, circulante, amplificada, irradiada, llegando a los lugares más cercanos como a los más distantes...”

La Cooperadora de la Escuela Normal Nacional de Quilmes “Almirante Brown”, lleva su nombre. Una existencia breve según las posibilidades de vida útil que hoy ha conquistado la ciencia. Los que estamos cerca de esa edad y ni siquiera hemos hecho la mitad de cuanto realizó este hombre en un medio mucho más inhóspito y primitivo, lleno de dificultades de transporte, sin el confort y el lujo que significan los servicios que goza el hombre actual; luz, calefacción, refrigeración, variados medios de comunicación que permiten acceder con inusitada y vertiginosa rapidez a los acontecimientos nacionales e internacionales, los que gozando de todo esto y mucho más no alcanzamos su accionar sentimos una imitable admiración por este prohombre que dedicó su vida al progreso de su comunidad desde su incalculable vocación de servicio.

Atanasio Lanz en un acto junto al profesor José Sosa del Valle, 
director de la Escuela Normal. 

Bóveda de la familia Lanz en el cementerio de Ezpeleta. 

Placa colocada en la bóveda donde yacen los restos del Maestro Atanasio Lanz, por EXANQUI, la Comisión de Ex-alumnos de la Escuela Normal en 2012, al cumplirse el Centenario de la fundación. 

FUENTES: 
Agnelli, Chalo. "Maestros y Escuelas de Quilmes" Ed. Jarmat, 2004.
Consultar para ampliar información: "Atanasio Antonio Lanz, Maestro" de las profesoras María Luisa Núñez y Liliana Porfiri. EDIBER. 2008. Las fotos fueron tomadas de este libro un extraordinario aporte a la cultura de la zona sur que hizo la Municipalidad de Berazategui y la administración del Dr. Mussi.

NOTA 
[|] Ver en EL QUILMERO del lunes, 27 de julio de 2009, LA ESCUELA NORMAL DE QUILMES - HISTORIA EN EL CENTENARIO 

26/10/16

Diferencias entre 
centros de documentación, 
archivos y bibliotecas

¿Qué diferencias hay entre centros de documentación, archivos y bibliotecas? ¿Cómo distinguir un documentalista de un archivero o de un bibliotecario?

Desde Normadat os explicamos los diferentes perfiles que encontramos dentro de los profesionales de la información.

Pensando en todo aquello que diferencia a estos tres perfiles profesionales, queremos remarcar primero aquello que nos une, puesto que en estos tres ámbitos laborales hay trabajando un profesional de la información, solo que en distintos ámbitos (con diferencias cada vez más difuminadas). Creemos que el tema en cuestión suscita algunas dudas y, en ocasiones, informaciones erróneas o incompletas que circulan por la Red como una que decía que los archivos "son algo pequeño" (¿qué diría el Archivo Central de la Administración con sus 200 kilómetros de estanterías?). Ante afirmaciones de este tipo solo cabe ponerse manos a la obra e intentar explicar, de la manera más sencilla posible, las diferencias que se dan entre archiveros, documentalistas y bibliotecarios y sus respectivos centros de trabajo.

Se nos ocurre que es muy parecido al perfil de un médico. Hay médicos que trabajan en medicina interna, oftalmología o pediatría. Los tres son médicos y no diríamos que no lo son por estar especializados en campos de la salud distintos.

Así como el ámbito de actuación de un médico es la salud, el ámbito de actuación de un profesional de la documentación es la información. La recogen, la clasifican, la explotan, la conservan y la transmiten pero atendiendo a distintos ámbitos o campos en los que esa información está presente.

Para tener un poco más claro las diferencias entre estos perfiles profesionales hemos de acudir en primera instancia a sus centros de trabajo y observar las diferencias existentes entre ellos. En lo primero que hemos de centrar nuestra atención es en el origen y posteriormente fijarnos en la metodología que eltratamiento de la información recibe en cada uno de estos centros. Por último estaremos en disposición de aventurarnos en las funciones (a veces similares, otras totalmente dispares) que cada uno de estos grupos profesionales realizan.

Los centros

Y para empezar vamos a definir de manera breve qué es un centro de documentación, un archivo y una biblioteca y así, podremos tener una idea más clara de qué es lo que hacen las personas que trabajan en estos centros.

Centro de documentación

Un centro de documentación es la unidad de información que reúne, gestiona y difunde la documentación de un área del conocimiento determinado y ayuda a fortalecer su investigación puesto que son "unidades de información que centran su trabajo en la descripción del contenido, tienen la misión esencial de identificar con la mayor precisión la información que puede ser útil a los usuarios" (*). 

Es una unidad orgánica enmarcada dentro de una institución, organización o empresa que procesa información para dar respuesta a las necesidades originadas por el desarrollo de la documentación, en el campo de la conservación, el tratamiento técnico y la difusión de sus fondos. Definición recogida en la Norma UNE 50/113 de conceptos fundamentales de Documentación e Información.

Muchas veces hemos leído que un centro de documentación está ligado a una institución educativa para brindarle apoyo con información especializada. Esto en ocasiones sucede aunque no tiene que ser siempre necesariamente así (en ocasiones los centros de documentación comenzaron siendo bibliotecas especializadas que han ido derivando hacia un tratamiento más digital de sus fondos y con acceso a muchas fuentes de información electrónica).

Los centros de documentación se centran en el concepto de "información" para dar una respuesta rápida y eficaz a la demanda de la información solicitada, son como una unidad de recursos y de servicios de información al servicio de una intitución pública o privada. Como señaló José Ramón Pérez Álvarez-Ossorio el énfasis se desplaza desde el término "documentación" como elemento más estático de recopilación de fuentes, organización etc (que podríamos identificar más como un archivo clásico), hacia el término "información", como elemento más dinámico de transmisión del conocimiento.

Es decir, un centro de documentación tiene más que ver con un centro de análisis de información altamente especializado, donde la información viene depurada y filtrada antes de llegar al usuario.

(*) Guinchat, C.: Menou, M. Introducción general a las ciencias y técnicasde la información y documentación. 2ª ed. corr. y aum. por M.-F. Blanquet. Madrid: CINDOC; UNESCO,1992, p.349.


Archivos

Por otra parte, según la Ley de Patrimonio Histórico Español son Archivos los conjuntos orgánicos de documentos, o la reunión de varios de ellos, reunidos por las personas jurídicas públicas o privadas, en el ejercicio de sus actividades, al servicio de su utilización para la investigación, la cultura, la información y la gestión administrativa.

Asimismo, se entienden por Archivos las instituciones culturales donde se reúnen, conservan, ordenan y difunden para los fines anteriormente mencionados dichos conjuntos orgánicos. En los archivos se identifican, evalúan y conservan para ponerlos a disposición e la organización o del público al que sirve el archivo como por ejemplo al personal docente e investigador. Sobre los archivos no nos extenderemos mucho más pues ya hemos dado buena cuenta de sus características y funciones en post anteriores.


Bibliotecas

También según la Ley de Patrimonio Histórico Español las bibliotecas son las instituciones culturales donde se conservan, reúnen, seleccionan, inventarían, catalogan, clasifican y deifunden conjuntos o colecciones de libros, manuscritos y otros materiales bibliográficos o reproducidos por cualquier medio para su lectura en sala pública o mediante préstamo temporal, al servicio de la educación, la investigación, la cultura y la información. Así pues vemos cómo la biblioteca posee diferentes características puesto que, aunque también tratan con documentos, estos son de naturaleza bien distinta a los de los archivos, su concepto primordial recae en la colección.

La riqueza de una biblioteca radica en el número y calidad de sus ejemplares mientras que en un archivo se le presta mucha más importancia a la continuidad de sus series documentales, un documento de archivo es fuente primaria de información y su valor dependerá totalmente del contexto en que fueron producidos los documentos.

Además un documento de archivo es único mientras que los libros de una biblioteca pueden tener muchos ejemplares idénticos. Pero las bibliotecas, como es lógico, también se están transformando y han dejado de ser unos meros depósitos de libros para convertirse en instrumentos activos para comunicar información.

Las llamadas bibliotecas virtuales proporcionan información recogida en los libros, son por tanto sistemas de abastecimiento de información "en bruto" es decir, se diferencian de los centros de documentación en que recogen y difunden información "cerrada", generalmente en soporte libro, y no información depurada, refinada y "lista para consumir" como la que ofrecen los centros de documentación.

Los profesionales

"La utilización eficaz de la información en cualquier parte comienza con las personas, no con los dispositivos mecánicos y electrónicos" (Donald Fink).

Conceptos clásicos de documentalistas, archiveros y bibliotecarios, que en el presente artículo intentamos explicar, tienen más sentido dentro de la función pública. Pero para el sector privado esta barrera tiende a difuminarse puesto que, al igual que Normadat, las empresas buscan profesionales que puedan adaptar sus conocimientos a los nuevos modelos de gestión de información.

Y hecho este apunte, vamos a definir las distintas funciones que tradicionalmente han realizado los diversos perfiles profesionales.

Los archiveros

Dentro de un centro de trabajo como un archivo trabajan diversos perfiles que prestan servicios diferentes. Estos perfiles profesionales se suelen dividir en archiveros, técnicos medios, auxiliares de archivo, subalternos, etc.

En este artículo nos centraremos en las funciones de los archiveros para poderlas diferenciar de los perfiles de bibliotecarios o documentalistas.

Las funciones primordiales de los archiveros son las de: 

- elaborar y aplicar el cuadro de clasificación de la documentación, 
- controlar su seguimiento y la actualización del mismo, 
- definir y dirigir el sistema de organización integral de la documentación, 
- organizar la elaboración de los instrumentos de descripción de la documentación custodiada en el archivo, 
- llevar el control de calidad de la información contenida en el sistema informático supervisando especialmente la descripción, codificación y asignación de descriptores. 

También los archiveros deben elaborar los calendarios de conservación y expurgo de la documentación, 
dirigir y controlar los procesos de transferencias de la documentación así como supervisar la correcta conservación y seguridad de la documentación incluyendo también los sistemas de seguridad del edificio y los depósitos. 

Además de todo esto, deben promover y organizar actividades de tipo cultural para la difusión del archivo a través de exposiciones, conferencias o cursos. 

En definitiva, su objetivo es velar por la organización y la consulta de la documentación que está a su cargo para facilitar su consulta y su difusión.

Los bibliotecarios

Los bibliotecarios también se dividen en distintos perfiles como son los de jefe de área, técnico responsable de colección, técnico responsable de servicios a los usuarios, técnico de biblioteca, técnico auxiliar de biblioteca etc

En este caso nos centraremos en las funciones de un técnico superior de biblioteca. Estas funciones engloban las actividades de carácter organizativo tales como la: 

- coordinación y supervisión del trabajo del personal a su cargo, 
- la elaboración de las directrices para la gestión y mantenimiento de las colecciones bibliográficas, 
- la planificación y coordinación del proceso técnico, 
- la planificación y organización de las actividades culturales y de promoción de la lectura, 
- así como de las campañas de formulación a usuarios, 
- la planificación de los materiales de difusión de la biblioteca y sus servicios, 
- el desarrollo de programas de evaluación de servicios, 
- la realización de estudios, informes, memorias, estadísticas, normas internas de funcionamiento, manuales de procedimiento, encuestas etc., sobre temas de su competencia. 

Y cómo no, también la planificación, diseño, gestión y atención en los servicios de información general y bibliográfica, servicios de acceso al documento, servicios automatizados y recursos y servicios electrónicos de la biblioteca. 

Los documentalistas

Los documentalistas que trabajan en Centros de Documentación recopilan y estructuran información para ponerla a disposición del público que pudiera estar interesado en recuperarla.

Así, es habitual crear dossieres sobre asuntos relevantes de una determinada índole. Los dosieres recogen una variada selección de informes, discursos, documentos básicos, enlaces a servidores de Internet, articulos etc sobre una materia determinada, que se recopilan y mantienen al día para uso tanto del personal de la institución u organismo como de cualquier investigador del exterior. Cada dossier suele ser publicado en la Red para servir como documentación de apoyo.

Los servicios que se prestan al usuario pasan también por la explicación del uso detallado de algunos recursos web para encontrar información relevante en la Red.

La gestión óptima de los recursos es otra de las tareas de un documentalista junto a la identificación y solución los problemas que puedan surgir en relación con la elaboración, recopilación, acceso y diseminación de la información.

Es decir, un documentalista debe manejar ámbitos tales como la edición electrónica, la gestión de intranets, la gestión segura de la documentación de la empresa, institución u organización, la intermediación informativa o la gestión de la información contenida en servidores en internet.

Vemos cómo en los tres perfiles de los profesionales de la información subyacen tareas muy relacionadas como son la gestión, mantenimiento, difusión, acceso al documento o a la fuente de información. Sin embargo creemos que también hay margen para las diferencias que presentan estos perfiles.

Conclusión

En definitiva, los avances tecnológicos han creado un impacto tan profundo sobre los profesionales del sector que debemos replantearnos las nuevas labores que realizamos como son la consultoría, los cursos de formación, el diseño de nuevos sistemas informáticos, la búsqueda avanzada en la Red, somos especialistas de intranets, de la gestión segura de la información y hasta somos diseñadores de páginas web.

Es tal el efecto que lógicamente se está replanteando cuál debe ser la denominación correcta para nuestra profesión (bibliotecario-archivero-documentalista, profesional de la información, gestor del conocimiento...).

El cambio es tan profundo que incluso una institución clásica en Estados Unidos como la Special Libraries Association (SLA: www.sla.org), a principios del siglo XXI se planteó cambiar su propio nombre, aunque al final no lo hicieron.

Fuente: http://www.normadat.es/noticias/268-diferencias-entre-centros-de-documentacion-archivos-y-bibliotecas

7/10/16

Antiguas escuelas de Quilmes: la Nº 34

ESCUELA Nº 34 hoy Nº 6 de BERAZATEGUI
ESCUELA N° 34 de QUILMES
“JUANA PAULA MANSO”
Basado en las publicaciones de 
Chalo Agnelli y Rodolfo Cabral


Según Agnelli la escuela se funda el 9 de setiembre de 1916, próxima a la estación Ranelagh (localidad que aún integraba el partido de Quilmes). Comienza a dictar clase el 15 del mismo mes, con 25 alumnos a cargo de la directora-fundadora María Angélica Matassi de Goretta. Se crea poco después que las Escuelas Nº 28; 29; 30; 31; 32 y 33, todas entre los meses de agosto y octubre de ese año, bajo la gobernación de Marcelino Ugarte, en vísperas de la asunción de la UCR a la primera magistratura, su adversario político. 

Estas creaciones se continúan con el esfuerzo educacional del primer gobierno del Presidente Hipólito Yrigoyen, que construyó 3.126 escuelas primarias a lo largo de todo el territorio argentino, treinta y siete escuelas secundarias y doce institutos de artes y oficios. Durante su gestión, el alumnado se incrementó en más de cuatrocientos mil estudiantes de todos los niveles. Se redujo el analfabetismo del 20 % al 4 %. Y se  introdujo el bachillerato nocturno, de gran concurrencia para la clase obrera.

Cabral, en cambio, menciona el 3 de octubre del mismo año como fecha fundacional. Por el orden de creación, se le dio el N° 34. Unos años antes, en 1911, más precisamente el 30 de abril, se había inaugurado la estación ferroviaria de Ranelagh y muchas familias comenzaron a afincarse en al zona. Los trenes comenzaron a pasar hacia Florencio Varela y de allí a Temperley, constituyendo la “vía circuito”. Como parte de dicha concesión se otorgaron al ferrocarril tierras paralelas a las vías, como así también grandes fracciones donde se diseñó el trazado de la población junto a la Estación de Ranelagh.

La Localidad debe su nombre a la estación del Ferrocarril ya que, según cuentan, ésta recuerda al castillo del Conde Ranelagh, ubicado sobre el río Támesis, cerca de Londres, en Inglaterra. En 1912 se asentó el primer Destacamento Policial a cargo del agente César Bellotti; éste fue instalado en un coche ferroviario acondicionado. Hacia el año 1913, se construyeron los primeros 10 chalets en los alrededores de la estación, que poseían comodidades poco comunes para la época: luz a gas de carburo, pararrayos, parque, molinos de agua, etc. Con posterioridad se construyen 67 casas más, de estilo Tudor, obras del arquitecto Marcó Del Pont. Algunos se conservan en la actualidad. En 1915 se creó la primera Estafeta Postal Ranelagh, por iniciativa y gestión de Raúl Carranza, que funcionó en la oficina del Jefe de la Estación del Ferrocarril, Francisco Vidaurreta.


La escuela comenzó en la casa de la familia Roleri, ubicada en las calles 15 y 7 de la vieja numeración de Ranelagh, luego se construyó un salón escuela en la calle 16 y 8, y por el año 1940 paso a la casa de la familia Vilella, en la calle 5 entre 17 y 18.

A los 32 años de haberse creado, el 3 de octubre de 1948, la comunidad educativa recibió un nuevo edificio, pues se inauguraban las flamantes instalaciones de la escuela N° 34 de Quilmes, “Nuestra Señora de la Mercedes”, acto que -pese al mal tiempo reinante- alcanzó brillantes contornos. Cuando se produjo la autonomía de Berazategui, en 1960, le correspondió el N° 6 de este distrito. Actualmente, su domicilio es calle 304 N°1.438 entre 365 y 366.

La antigua Escuela N° 6 

Según la información que surge de las Guías del Ferrocarril del Sud, en 1922, en la Escuela de provincia N° 34 se enseñaba hasta tercer grado, es decir que era una escuela elemental y su matricula era de 60 niños. En 1931, la directora se llamaba Daniela G. Yaben, tenía la misma cantidad de grados pero había sólo 30 alumnos. La directora permaneció hasta 1945, en que se hace cargo de la dirección el maestro Enrique A. Cánepa. En 1948, la instrucción llegaba hasta 6° y además funcionaban en la zona: la Academia de corte, confección y bordados de María Rodríguez y Hnas. y el colegio particular de los Padres Mercedarios, en Sevilla y la calle 359. 

El Maestro Enrique Alfredo Cánepa se había graduado en 1936 en la Escuela Normal de Quilmes. Fue el primer director de otra escuela del partido, también muy humilde, que comenzó en el bañado de G. E. Hudson, la escuela N° 25 de Quilmes, actual N° 11 de Berazategui*, en la Loma, pegada al arroyo Baldovinos. Y seguramente fue un protagonista importante de aquella catástrofe: la inundación del 15 de abril de 1940, que se llevó cuatro vidas lugareñas, aquella fría noche de otoño. Con posterioridad fue nombrado director de la Escuela de Ranelagh. Y a él, le correspondió inaugurar el nuevo edificio en 1948. 

Imágenes de época


En la primera fotografía que acompaña la nota, el inspector general de enseñanza religiosa Padriancich, está haciendo uso de la palabra. El director de la escuela, Sr. Cánepa, recibió muchos invitados especiales; estaban la inspectora seccional, Sra. De Bomon; el inspector general Sr. Vidal; el inspector general de escuelas de la Pcia. de Bs. As., Sr. Silverio Vázquez; el secretario municipal de gobierno Sr. Pablo Bonatti; la directora de la escuela N°1 de Quilmes, Sra. de Domínguez; el presidente del consejo escolar Sr. Bucich; delegaciones de la escuelas 4, 2, 37 y 39 (actuales 1, 5, 8 y 9 de Berazategui), personal docente; el concejal Dalla Via; el presidente de la cooperadora Sr. Longhi. En la otra imagen se observa al Director Enrique Cánepa, pronunciando su discurso.

Fueron algunas de sus maestras: María Elena Llull Risso de Parody (n. 1899 - ingr. 13/8/19), Ana María Llull Risso (n. 1901- ingr. 30/2/22), Amelia Rosa Cánepa**  (ingr. 5/5/45), etc. En 1926 es director-preceptor Daniel Yaben y en 1931, Celia Yaben, ambos residentes en Quilmes.

LA ESCUELA Nº 34 DE QUILMES

La actual Escuela 34 de Quilmes no tiene relación de continuidad histórica con la actual N° 6 de Ranelagh. Se halla en Ricardo Rojas y Nicaragua, a unas 8 cuadras de la Av. Calchaquí (Rutas provincial Nº 36) y a 8 cuadras de la Av La Plata, casi en el actual límite con Berazategui.

Lleva el nombre de la eximia educadora y mujer de avanzada que fue "Juana Paula Manso" (26/6/1819-24/4/1875) supervisora de la Dirección General de Escuelas durante la conducción de Domingo Faustino Sarmiento y su gran colaboradora y amiga. Vino a Quilmes en 1868 con motivo de la inauguración de la Escuela Nº 1 y promovió entre la vecindad de entonces la creación de la Biblioteca Pública, hoy la Municipal, que lleva el nombre del gran sanjuanino. Según la escritora María Gabriela Mizraje, Juana es considerada la primera militante feminista del país.

En 1966, la Escuela Nº 34 fue la de menor matrícula de todo el distrito. Contaba con 98 alumnos. En el 2004, estaba a cargo de la dirección la Sra. Dora María Cristina Echavarría y en la vicedirección la Sra. Olga Villarreal.

*  Véase nuestra entrada del 9/6/15 sobre la antigua Escuela Nº 25 de Quilmes, hoy Nº 11 de Berazategui.
** Cánepa, Amelia Rosa, promoción 1925, Escuela Normal de Quilmes.

Fuentes: http://www.guiacultural.com/guia_regional/regional/argentina/buenos_aires/berazategui/anivers_de_la_egb.htm
Agnelli, Chalo (2004). "Maestros y Escuelas de Quilmes" Ed. Jarmat.
http://ranelagh.com.ar/historia/
http://www.revistametro.com.ar/2015/septiembre/1.html
Véase nuestra entrada del 9/6/15 sobre la antigua Escuela Nº 25 de Quilmes, hoy Nº 11 de Berazategui.