24/9/16

LA GRIPE ESPAÑOLA
 1918

Hace casi 100 años, entre 1918 y 1919, se cernió sobre el planeta una de las más importantes pandemias de gripe. Murieron aproximadamente 50 millones de personas en el mundo aunque se desconoce la cifra en virtud del silencio que se pretendió guardar y de la coincidencia con el final de la Gran Guerra. Fue conocida como “La dama blanca” o “Gripe española”. La enfermedad ingresó a nuestro país en 1918 por el puerto de Buenos Aires y avanzó en dos oleadas. Primero se propagó hacia el norte del territorio, entre octubre y noviembre de ese año. Y permaneció latente hasta el invierno de 1919, cuando comenzó a descender desde Salta hacia las provincias del centro y sur. Según el Departamento Nacional de Higiene, la primera oleada provocó 2.237 muertes, mientras que la segunda tuvo un mayor impacto: 12.760 casos fatales, la mayoría de ellos en las provincias del norte y Cuyo.


31 Oct 1918
A sus efectos cúmpleme comunicarle que el P. E. ha resuelto mantener clausuradas las clases de los colegios nacionales escuelas normales y enseñanza especial hasta nueva disposición.
Salúdale atentamente
J. S. Salinas
Ministro de Justicia e Instrucción Pública
Oficial *

Un dato a considerar es que por entonces las actuales provincias de Misiones, Formosa, Chaco, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego eran territorios nacionales, de los que se carece de datos poblacionales y epidemiológicos.

Se la denominó española, porque España fue el único país que reconoció e hizo pública la epidemia, por lo que se la consideró el epicentro de la misma. Lo cierto es que el paciente cero fue registrado en Kansas el 11 de marzo de 1918, aunque su origen fue en Francia. Tampoco es que fuese mucho más grave en la península que en otros países. Como España no participó en la primera gran guerra, no tuvo ningún inconveniente en mencionar la existencia de una epidemia mortal. Los otros países involucrados en la guerra temían desmoralizar a la población si hablaban de las víctimas. En mayo y junio de 1918, los periódicos argentinos comenzaron a dar noticias sobre la extraña enfermedad que estaba haciendo estragos en España.

Según opiniones de médicos de la época, la enfermedad habría llegado a Buenos Aires mediante el puerto, traída por un vapor: el Demerara “que había tocado un importante puesto español de los más azotados por dicha enfermedad y después se había detenido en Río de Janeiro” (Pena, 1918: 2). Así, el primer caso de gripe, atendido en el hospital Muñiz en la ciudad de Buenos Aires fue un tripulante de la mencionada embarcación (Pena, 1918:4).

Comenzó como una versión más severa de la gripe común, aparte de los dolores de garganta, dolores de cabeza y fiebre habituales, en muchos pacientes, pero la enfermedad progresó rápidamente en algo mucho peor, mutó; sólo la quinta parte de los infectados tuvieron síntomas leves, el resto cayó gravemente enfermo y muchos murieron, algunos en cuestión de horas, otros aguantaron algunos días. Sufrían escalofríos y fatiga extrema que a menudo iban acompañadas de líquido en los pulmones, agravado con neumonía bacteriana. Un médico que trató a las personas infectadas describió una escena lúgubre: “Las caras se vuelven de un tono azulado, una tos trae a colación el esputo manchado de sangre por la mañana, los cadáveres se apilan alrededor de la morgue como leña..”


No había cura posible, todo lo que los médicos podían hacer era tratar que los pacientes se mantuvieran en reposo, que era un buen recurso ya que sus pulmones llenos de líquido no los ahogarían tan rápidamente, incluso algunos, muy pocos, sobrevivían. Pero alargar el tiempo de agonía tiene un inconveniente, el “tono azulado” de las caras de las víctimas con el tiempo se volvió marrón o púrpura y sus pies se volvieron negros. Los más afortunados simplemente se ahogaron en sus propios pulmones. Los desafortunados morían de neumonía bacteriana, una infección secundaria para la que no había antibióticos, y de haberlos no serían efectivos. La gripe era esencialmente incurable...

Si algo hay que destacar fue su extremada virulencia, ya que no solo afectó a ancianos y niños, como suelen hacerlo las epidemias de gripe, sino que muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos sanos. Ni siquiera los animales, como perros y gatos, estuvieron a salvo.

Un cronista de la época describe los síntomas de la gripe española: “fiebre de 40 grados, dolor agudo en la cuenca de los ojos, en los oídos y en la zona lumbar”. Los síntomas incluían los típicos de la gripe: fiebre alta, tos, cansancio, dolor corporal y, en algunas ocasiones, diarrea y vómitos. Había también otros menos corrientes como dificultades para respirar (por inflamación y hemorragias en los pulmones), hemorragias nasales violentas, marcas rojas en el blanco de los ojos y manchas de color caoba en la cara.

"Uno de los aspectos que llama la atención con respecto a esta enfermedad fue la denominación que se le dio por parte de las autoridades sanitarias y por los médicos en general: "grippe". Posiblemente esa doble "p" se haya constituido en un elemento diferenciador de la enfermedad que aparecía todos los años, menos devastadora y más recurrente que la «gripe española»..." La palabra gripe procede del francés grippe (del suizo-alemán grüpi, acurrucarse). En Buenos Aires se cantaban por entonces los tangos “El resfriao”, de Ángel Metallo, “Nene no te resfries”, de Esther Seoane, y la “La grippe”, tango contagioso, con música de Alfredo Mazzucchi y letra de Antonio Viergol. 

El 16 de octubre de 1918 el periódico La Nación publicaba noticias sobre la gripe que habría ingresado a la Argentina bajo el encabezado "La grippe no debe alarmar, su presentación benigna". Se trataba de una columna tranquilizadora acerca del impacto que podría llegar a tener la "grippe" en el país. Lo comparaba con las condiciones en que se había desarrollado en Europa: la guerra y las deficiencias alimentarias provocadas por ésta; y con el caso de Brasil, y observaba que en Buenos Aires las condiciones sanitarias y alimentarias eran completamente distintas, por lo tanto aconsejaba no temer a esta enfermedad. Este medio emitió otro mensaje tranquilizador dos días después, el 18 de octubre, al observar que la sociedad de la ciudad de Buenos Aires se burlaba de la enfermedad saliendo a pasear por sus calles y haciendo caso omiso de la posibilidad de un contagio. Las mismas páginas daban cuenta de un fenómeno que es una constante cuando aparece alguna epidemia: la especulación alrededor de ciertos productos con los cuales era posible preservarse de la "grippe", según el conocimiento popular. El periódico denunciaba que las pastillas de alcanfor, los laxantes y las sales de quinina habían aumentado su valor en diez veces. En días posteriores, en el mismo periódico, comenzó a aparecer publicidad de distinto tipo acerca de productos cuya utilización, aseguraban, serviría para evadir o curar la "grippe".

Hacia fines del mes de octubre, el clima de calma que, según el diario mencionado, había predominado hasta el momento, comenzó a descomponerse. El 26 de octubre de 1918 el gobierno dispuso la limpieza del Riachuelo, un río completamente contaminado que pasa por la ciudad de Buenos Aires. Ordenó que se sometiera a examen a aquellos inmigrantes que llegaban en barco desde Europa y que los que presentaran síntomas de la gripe fueran internados en un lazareto dispuesto en la isla Martín García. Incluso se "desinfectaría" a aquellas personas que migraran desde Chile. Las autoridades sanitarias dispusieron también la inspección de talleres con el fin de que los obreros trabajaran en las mejores condiciones higiénicas. Se aconsejaba evitar las reuniones en lugares cerrados, y se dispuso el riego de calles, el cierre de escuelas en todo el país y la clausura de los lugares de diversión como cines, music halls y circos.

Revista Caras y Caretas,
2 de noviembre de 1918
La opinión pública porteña fue la que cambió su ánimo. Según los datos con que se cuenta, de las 422 muertes que sucedieron como consecuencia de la "grippe", 32.7% se dieron en el mes de octubre, es decir, ocurrieron 138 muertes en tan sólo 12 días aproximadamente. A esto se sumaba el número cada vez mayor de enfermos que pedían asistencia. Estos indicadores generaron alarma en la sociedad porteña. El Estado comenzó a tomar medidas mucho más drásticas para prevenir el contagio de la enfermedad. Así, la primera percepción optimista sobre la "grippe" desapareció en tan sólo seis días y el pánico comenzó a apoderarse tanto del Estado como de la sociedad. Confirma esto la revista Caras y Caretas, con su publicación de una serie de caricaturas del ámbito económico social y científico sobre diversos personajes que aprovechaban la gripe con el título "La epidemia de moda o el pánico de la gripe".

Las disposiciones, para ambos brotes epidémicos, ponían el énfasis en tratar de evitar la aglomeración de gente, tanto en lugares cerrados como en lugares abiertos y en tratar de aislar a aquellos que eran detectados como enfermos. El 30 de Octubre de 1918 el presidente Yrigoyen llamaba a una reunión al ministro del interior, al director de la Asistencia Pública, al jefe de policía, al intendente de la ciudad de Buenos Aires y al director del Departamento Nacional de Higiene. Tras ese encuentro se establecieron mandatos destinados, en principio, a cortar la cadena de contagios. Así, el intendente de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, impartía las siguientes órdenes: prohibía la entrada a los cementerios de la capital toda concurrencia extraordinaria; mandaba a cerrar –después de las 11 pm– los cafés, bares confiterías, hoteles, restaurantes y casas de lenocinio, permitiéndose los espectáculos públicos siempre que se desarrollaban al aire libre y antes de las 11 pm (La Nación, 1918). Se declaraba obligatoria la desinfección de templos de cualquier culto, mientras el Poder Ejecutivo –por decreto– cerraba todos los establecimientos educativos tanto públicos como privados, prohibía la visita a los cementerios que estarían vigilados por la policía (dado que por esas fechas se conmemoraba el día de los muertos, sólo se permitía el ingreso de personas que acompañaran a los fallecidos en esas jornadas).

En nuestro Archivo hemos visto los telegramas emitidos desde el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública a fines de octubre y comienzos de noviembre de 1918, instruyendo sobre la clausura de las actividades en todas las escuelas de su dependencia.


A sus efectos transcribo a Ud. el decreto dictado en esta fecha “Habiéndose clausurado los establecimientos de educación como medida de previsión indicada en defensa de la salud pública con motivo de la epidemia reinante y teniendo en cuenta que han transcurrido ya la mayor parte del período ordinario de clase se resuelve 1º) Dar por terminado el curso escolar en todos los colegios y escuelas de la Nación 2º) A los efectos de la promoción de los alumnos regulares de los institutos dependientes del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública se considerarán, A) como definitivas del cuarto bimestre las clasificaciones obtenidas desde el 21 de septiembre hasta el 31 de octubre B) para los alumnos que por cualquier circunstancia no se les hubiera clasificado en dicho bimestre se les promediarán las clasificaciones de los tres bimestres anteriores con el examen escrito de julio. C) Los alumnos que tuvieran un promedio anual de cuatro puntos como mínimo quedarán eximidos de rendir examen oral dándoseles por aprobado las asignaturas respectivas 3º A los efectos de la promoción de los alumnos de los colegios escuelas y incorporadas se considerará como clasificación definitiva de las pruebas escritas la obtenida en el examen de julio debiendo promediarse para los alumnos a quienes correspondiera dar examen oral, las clasificaciones de cada asignatura asentadas en los registros de los establecimientos respectivos, siempre que ellas, a juicio del rector o del Director del colegio o escuela a que el instituto particular está incorporado merezcan plena fe. Estas clasificaciones promediadas con la del examen de Julio indicará si el alumno debe ser promovido.
Salúdale atentamente
J. S. Salinas
Ministro de Justicia e Instrucción Pública
(Oficial) *

Las medidas tomadas por el Estado tendieron a endurecerse en noviembre del mismo año: se suspendieron las congregaciones y la asistencia a los cementerios en el día de los muertos; se derivaron los enfermos graves de gripe de los hospitales de la ciudad al hospital Muñiz, que comenzó a hacer las veces de lazareto, y se profundizó la cuarentena en la isla Martín García para aquellos que llegaban al país en barcos. Al igual que en muchas otras epidemias que había sufrido la Argentina, nuevamente el Estado y la sociedad habían sido sorprendidos por la enfermedad. La "grippe" se encontraba en suelo argentino y las consecuencias serían de suma importancia una vez que pasara el estío.


Con la implementación de estas disposiciones, comenzaron diversas reacciones en la sociedad. Tal es el caso de un sector proveniente en particular de la ciudad Buenos Aires, que al verse perjudicado por estas instrucciones impulsó una serie de importantes protestas sociales. Según Carbonetti, que analiza las políticas instrumentadas por el Estado en el contexto socio-económico de la época, en el caso de Buenos Aires se puede pensar en cierta virtualidad de la enfermedad, puesto que la sociedad en su conjunto y algunas instituciones no obedecían las reglas mínimas con un importante grado de despreocupación. 

En Córdoba, las manifestaciones sociales (procesiones) podrían haber sido parte de una estrategia de los sectores dominantes de la ciudad que vieron en la religión una alternativa frente al fracaso de la medicina para combatir la enfermedad y detener la epidemia. Estos sectores percibieron, desde una mirada conservadora y ultramontana, que la única opción eran la fe religiosa y los actos de sumisión a la ira de Dios, concibiendo a la dolencia como un azote divino. Esto mismo pudo observarse en la ciudad de Salta, donde el sector proveniente de la Iglesia ganó protagonismo a partir del considerado fracaso de la medicina en cuanto al combate de la enfermedad.

Revista Caras y Caretas, 2 de noviembre de 1918
* El texto de los telegramas ha sido corregido en ortografía y puntuación para mayor claridad.

Fuentes: http://www.unciencia.unc.edu.ar/2016/mayo/la-gripe-causo-15-mil-muertes-en-argentina-hace-un-siglo/la-gripe-causo-15-mil-muertes-en-argentina-hace-un-siglo 
http://mosaicosportenos.blogspot.com.ar/2011/06/acerca-de-la-gripe-y-el-tango.html
Carbonetti, Adrián. (2010) "Política en época de epidemia: La pandemia de gripe en Argentina (1918-1919)". Espaço Plural . Ano XI . Nº 22.
Carbonetti, Adrián. (2010) "Historia de una epidemia olvidada. La pandemia de gripe española en la Argentina, 1918–1919". Revista Desacatos, 32,159-174.
Carbonetti, Adrián. (2012) "Epidemia en el interior de la Argentina. El caso de la gripe Española en la provincia de Salta. 1918-1919".
Carbonetti, Adrián. (2014) "Políticas de salud frente  a la gripe española y respuestas sociales. Una aproximación a los casos de Buenos Aires, Córdoba y Salta a través de la prensa (1918-1919)". Revista Astrolabio, Nueva época, Nº 13.
Documentos del Archivo Histórico "Silvia Manuela Gorleri", Escuela Normal de Quilmes.

Antiguas escuelas de Quilmes: la Nº 33

ESCUELA N° 33 
“GENERAL DOMINGO VIEJOBUENO”
Por Chalo Agnelli

Se crea el 6 de setiembre de 1916, año en que el casco urbano de Quilmes fue designado Ciudad, y comienza a dictar clases el 25 de setiembre en la Cañada de Gaete, llamado también Paraje “La Tablada”, en una casa propiedad de Pedro Laborde ubicada en la calle Donato Álvarez y P. Podestá. A 5 kilómetros de la estación Banfield (y a su actual emplazamiento). Era su directora-fundadora Justa Lavilla a cargo de 17 alumnos.

En 1922, aún durante la gestión de la Sra. Lavilla la Escuela tenía 52 alumnos hasta 2° grado. La sucede Basilia E. M. de Sarriés (ingr. 3/924). En 1931, poseía 3 secciones de grado con 33 alumnos a cargo de Teodolina S. Altube (ingr. 17/3/31). La sucede Dominga Subelet (ingr. 8/5/37). [1]

Años más tarde pasó al edificio de la actual Escuela N° 70, en la calle Donato Álvarez y Armesti. Fueron algunas de sus docentes: Martha P. Seguí (ingr. 28/3/38) [2], Luisa Fullhart (ingr. 21/4/43) [3], María Luisa Correa (ingr. 1°/9/45) [4], etc.

En 1958, el Ministerio de Comercio e Industria de la Nación cedió algunas dependencias del I.A.P.I. Contaba con 11 aulas, dirección, secretaría y hall. La Escuela lleva el nombre del Batallón Depósito de Arsenales 601 ‘General Domingo Viejobueno’ que albergó al establecimiento.

Con el correr de los años fue ampliándose el edificio y aumentó la matrícula. En 1963, por iniciativa de los directivos y con ayuda del Regimiento 601, se construyó el gabinete psicopedagógico.

En 1975, estaba a cargo de la Sra. Isaura Lucía Gómez de García Dobarroy contaba con un alumnado de más de 800 niños distribuidos en 29 secciones de grado. Fueron directivos: María Luisa Casansiquela, María Graciela Álvarez, Julia A. Fuentes. 

Corrían los años ochenta y dentro del Regimiento, la Escuela estaba en una situación precaria. En mayo de 1989, la directora Dra. María del Carmen Falbo recibió, después de fatigosas gestiones realizadas en colaboración con la Asociación Cooperadora, el nuevo edificio con 32 secciones. La Dra. Falbo había ingresado como maestra en 1975, hasta que en 1982, asume la dirección hasta su jubilación en 1992; a partir de la cual inicia una provechosa tarea legislativa y judicial en la Pcia de Buenos Aires. Sucede a la Dra. Falbo, la Sra. Mirta Simón [5] hasta 1993.

Desde el 26 de marzo de 1989, comparte las instalaciones el Jardín de Infantes 936.

Alguna de las docentes de mayor permanencia en el establecimiento son Norma Estela Fliceti desde 1975 y la Sra. Silvia Acosta, luego secretaria. Las Escuelas más próximas son las Nº 60; 63; 65 y la 72. 

Actualmente (2004) se levanta en una esquina del descampado que fue el Regimiento Viejobueno; bajo la máxima: “Creer posible algo es hacerlo cierto”. Desde 1993, la condujo la Srta. Cristina Botana y en la vicedirección, Ana Lía Giordano.

En el 2004 contaba de 1280 alumnos distribuidos en 42 secciones a cargo de 140 docentes.

La dirección actual de la escuela es Cabo Raúl Sessa 1101 e/ Camino Gral.Belgrano y Caballero (182) Bernal Oeste. Altura de Camino General Belgrano y Montevideo. 

Investigación Chalo Agnelli
Pte. Agrupación de Historiadores Los Quilmeros
Miembro de la C. A. de la Bibl. Pedro Goyena 
y de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes

Notas:
[1] Dominga Subelet, promoción 1920 de la Escuela Normal de Quilmes.
[2] Martha P. Seguí , promoción 1931 de la Escuela Normal de Quilmes.
[3] Luisa Fullhart, promoción 1933 de la Escuela Normal de Quilmes.
[4] María Luisa Correa, promoción 1920 de la Escuela Normal de Quilmes.
[5] Mirta Simón, promoción 1967 de la Escuela Normal de Quilmes.

Fuentes:
Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires Dr. Ricardo Levene.
Agnelli, Chalo. "Maestros y Escuelas de Quilmes". Ed. Jarmat. Quilmes, 2004.
Archivo Histórico "Silvia Manuela Gorleri", Escuela Normal de Quilmes.

ARCHIVOS ESCOLARES QUE CONSTRUYEN IDENTIDAD: EL LICEO PÚBLICO, 
HISTORIA Y PATRIMONIO DE LOS CHILENOS (Fragmentos)

Rodrigo Esteban Sandoval Díaz 
María José Vial
Pontificia Universidad Católica de Chile 

Históricamente se ha asignado al liceo público chileno el rol de ser un espacio de aprendizaje y formación ciudadana. Si bien, desde su fundación en 1813 fue el lugar por excelencia de formación para los futuros dirigentes de la nueva república, el aumento de la cobertura y el creciente acceso de otros sectores de la sociedad transformaron el tipo de estudiantes matriculados en sus aulas, aunque no su misión original. Hoy, en pleno desarrollo de la sociedad del conocimiento, el desafío de formar sociedades integradas por personas informadas, participativas y respetuosas sigue siendo asunto prioritario de esta y de cualquier institución escolar. El presente proyecto, basado en el rescate y difusión de los archivos documentales conservados por los liceos públicos del país, nace de la necesidad de generar instancias colaborativas de investigación, participación y construcción de memoria histórica para estudiantes y profesores de educación secundaria. 


El archivo escolar, definido como “la institución cultural donde se reúne, conserva, ordena y difunden los conjuntos orgánicos de documentos para la gestión administrativa, la información, la investigación y la cultura”, no existe en la mayor parte de los establecimientos educacionales públicos del país. Realizar un aporte al desarrollo de la cultura local abordando el estudio sobre la situación de estos archivos es nuestro desafío. Su recuperación implica develar un dossier de fuentes históricas inéditas para la renovación de la historia de la educación, la innovación en la enseñanza de la Historia y, lo más relevante, para el trabajo participativo desde las comunidades escolares en torno a su memoria e identidad. Junto con plantear estrategias para la conservación de los depósitos documentales, se busca entregar herramientas para activar la consolidación de una Red Nacional de Archivos Escolares en Chile. La primera etapa considera únicamente los archivos de los liceos fundados entre 1813 y 1909, pero la iniciativa pretende ampliar su espectro temporal y abordar los fondos de escuelas primarias o básicas. 

La reconstrucción del legado y del significado del liceo público chileno a través de sus fuentes, y en conjunto con estudiantes, profesores e investigadores, implica la revisión de una pieza clave dentro de la historia regional y nacional del país, plena de elementos de referencias culturales y de pertenencia. Si bien la historiografía y el trabajo con el patrimonio material han contribuido al desarrollo de la cultura local, innovar en su estudio mediante la puesta en valor, utilización y difusión de los archivos de los liceos con y para alumnos y docentes contribuye a la reconstrucción de la memoria que define vínculos de identidad, en este caso entre la comunidad y la institución escolar. A través del encuentro activo e inclusivo entre la ciudadanía, su historia y su memoria es posible enriquecer la comprensión histórica entre un público externo a la academia (LEON, 2010). El foco es incidir en la formación ciudadana que implica, precisamente, el conocimiento y la valoración por parte de los jóvenes de las instituciones públicas y privadas, desde las más cercanas, como la escuela, y vinculadas a su vida cotidiana, como un piso esencial para promover el respeto y valoración de las instituciones del Estado, la vida en democracia y la convivencia social. A su vez, incentiva el trabajo de la comunidad escolar en su conjunto en pos del propio patrimonio y promueve la discusión y desarrollo de políticas públicas vinculadas al ámbito de los archivos, el patrimonio y la educación. 

¿Qué es un archivo escolar? ¿Existen otros archivos de este tipo en Chile? ¿Conservan las instituciones educativas sus documentos como un patrimonio que incumbe no solo a la historia y a la cultura local sino a toda la sociedad? ¿Es necesario preservar los documentos generados por los establecimientos educacionales? 

Estas fueron algunas de las preguntas que dieron vida al Programa de Archivos Escolares cuyo objetivo es levantar una red de liceos emblemáticos comprometidos con la conservación y difusión de su patrimonio documental a través del censo, recuperación y organización de sus archivos y colecciones históricas. Una vez creados los espacios y las condiciones para el desarrollo de un trabajo colaborativo dentro de los liceos de la red, se busca forjar procesos de aprendizaje y conocimiento, apropiación y valorización de esta herencia cultural inexplorada con la participación de estudiantes, profesores e investigadores. 

La difusión de las acciones que promueve el programa es fundamental en el proceso de conformación de una ciudadanía escolar informada y participativa. Desde 2015, se ha creado una instancia para la presentación abierta de resultados de los proyectos realizados por los equipos escolares y universitarios ante un público amplio y multidisciplinario. Se trata del Congreso Nacional de Educación y Patrimonio inaugurado en el Liceo Gregorio Cordovéz de la ciudad de La Serena en 2015, y que se llevará a cabo en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera en octubre de 2016. Este evento, que se convoca a todos los actores comprometidos con la educación acoge a los proyectos adjuntos al programa que se encuentran en diferentes estados de avance. 

La paulatina creación del Archivo Digital de la Educación es la instancia enfocada a la participación y uso de los fondos por parte de la comunidad global para, entre otras cosas, incentivar el desarrollo de un material adecuado para implementar proyectos en humanidades digitales. Es, además, una forma de “llegar a públicos diversos y alentar la participación popular en la presentación y preservación del pasado” (LEON, 2010). La consolidación de una plataforma digital que albergue los productos y resultados de los trabajos ya elaborados y en desarrollo es una de las prioridades a corto plazo. El programa ha identificado la necesidad de establecer diferentes herramientas digitales para responder a las características de las fuentes y a los diversos públicos que eventualmente están interesados en el acceso a estas. Estas definiciones no han sido parte de un estudio de usuarios sino que se han establecido manera apriori. En ese sentido, y a modo de ejemplo, presentamos cuatro productos de acceso público que dan cuenta de estas definiciones y orientaciones:

1) Directorio de Matrícula del Liceo Abate Molina de Talca.
2) Correspondencia enviada por el Rector del Instituto Nacional General José Miguel Carrera.
3) Colecciones Digitales. (Muestra de los documentos que hemos catastrado en los liceos a través de seis años de trabajo.)
4) Catálogo de la Biblioteca Histórica del Instituto Nacional General José Miguel Carrera. 


El proyecto contempla además el registro audiovisual de todas las acciones desarrolladas en los diversos liceos. El guión general se sustenta en las necesidades comunicativas hacia los actores involucrados como en la difusión de la labor realizada, y forma parte de una estrategia que permite sostener un relato dinámico e integrador. 

En la experiencia han participado, además de la comunidad escolar –directivos, docentes, estudiantes–, historiadores y archiveros. En pos de la recuperación del patrimonio documental e iniciando, mediante la realización de talleres y actividades, procesos de valorización patrimonial dentro de la comunidad, se incentiva la relación del archivo con el aula como con la identidad docente y escolar. Asimismo, se ha logrado demostrar la necesidad de que cada institución tome en sus manos la gestión y comunicación de su patrimonio documental y desarrollen desde ellas reflexiones vinculadas a políticas de archivo. En este sentido, se ha detectado la necesidad de generar mecanismos que estrechen la relación entre patrimonio y sociedad, ya que existe una cierta desvinculación entre lo conservado y quienes conservan. 

El modelo de intervención puede ser problematizado a la vez que presenta ciertas claves que constituyen elementos básicos para la discusión de una nueva ley de archivos en Chile. A partir de este caso particular se proyectan diversos niveles de análisis de la relación del archivo con los investigadores y la docencia escolar y universitaria, permitiendo por abordar la situación de los archivos en las instituciones públicas desde variables como el acceso, la descentralización del patrimonio de los archivos, la enseñanza de la historia, el papel de los archiveros, entre otras. 

Fuente: Rev. Iberoam. Patrim. Histórico-Educativo, Campinas (SP), v. 2, n. 2, p. 22-36, jan./jun. 2016 

ACTO CULTURAL DEL 
CLUB COLEGIAL DEL NORMAL
por Chalo Agnelli

Con motivo del 103º aniversario de la Escuela Normal de Quilmes, celebrado en octubre de 2015, recuperamos dos páginas del diario "El Sol", una del lunes 20 de julio de 1959 (Año XXXII - Nº 8533) y la segunda del miércoles 5 de agosto siguiente (Nº 8547), cuando todavía llevaba el epigrama: "Primer diario ilustrado de la mañana" y su director era don José Antonio Blanco.

Por esos años existía como parte de las actividades de extensión cultural el "Club Colegial de la Escuela Nacional Normal Mixta Almirante Guillermo Brown", formado por alumnos del establecimiento quienes organizaban y desarrollaban diversas actividades de índole educativa, pedagógica y cultural en general, tanto para los mismos educandos del establecimiento como para los de Instituciones vecinas y público en general. Agrupación un tanto similar a los actuales centros de estudiantes.


A continuación, como aproximación al conocimiento y entendimiento, de forma concreta, de algunos de los conceptos e intensiones con que el "normalismo" era concebido por la sociedad, 56 años atrás, se transcriben los artículos periodísticos; el primero reza con los siguientes términos, bajo el título:

EL CLUB COLEGIAL DE LA ESCUELA NORMAL SE PROPONE REALIZAR INTERESANTES ACTIVIDADES.
LA COMISIÓN DIRECTIVA DE LA ENTIDAD VISITÓ "EL SOL"

CENTENARES de jóvenes siguen sus estudios secundarios en los establecimientos de segunda enseñanza oficiales o privados que funcionan en nuestro distrito. El más antiguo de estos es la Escuela Nacional Normal Mixta "Almirante Guillermo Brown", próxima a cumplir el medio siglo de servir a la comunidad, proveyéndola de docentes capacitados para la formación de la infancia, etapa fundamental de la vida en la que el maestro ejerce pareja y a veces superior influencia a los mismos padres.

Y en esta Escuela Normal más que tradicional en nuestro medio, ha resurgido con vigor de brote nuevo una iniciativa que con variadas alternativas podemos hallar aquí y allá, generalmente fruto del entusiasmo de un grupo que al egresar de los estudios secundarios parece llevárselo consigo, el Club Colegial. 

De este, por ahora, flamante Club cuyas actividades se reanudaron el 17 de junio último hemos recibido la grata visita de quienes lo encabezan, todos ellos, por supuesto, alumnos del establecimiento: Carlos Cabano, presidente; Alfredo Casal, vicepresidente; Ricardo Altieri, secretario; Olga Mingrone, tesorera; Lona Carmen Blanco, secretaria de cultura (hija del Director del diario) y Cristina Botindari, secretaria de deportes. Integran además la comisión directiva: Noemí Ferdman, prosecretaria y Marta Mazza, secretaria de actas. 

Renace el Club Colegial

Esta juvenil delegación nos responde a las preguntas que les formulamos acerca del resurgimiento del Club Colegial y de las actividades que se proponen cumplir. Nos complace señalar que estos futuros maestros muestran desde ya inquietudes espirituales y maduro sentido de la responsabilidad.

Una causa fortuita, nos dicen, fue el origen inmediato de esta nueva época del Club. Faltaba material para la realización de un partido de fútbol entre profesores y alumnos y a raíz de ello surgió la idea de recaudar fondos, recurriendo a los compañeros. La Sra. Juana C. de Briz, profesora de educación física, les aconsejó que dieran un carácter más formal y definitivo a esta iniciativa y les propuso que eligieran dos delegados por división, quienes, a su vez, eligieron a las autoridades actuales.

Los vocales de la comisión directiva se subdividieron en dos subcomisiones: una de cultura y otra de deportes, las que eligieron sendas secretarias que integran la mesa directiva.

En todo momento encontraron franco apoyo en las autoridades de la Escuela que dirige el profesor Alfredo Dunet, profesores y compañeros, quienes facilitaron las gestiones iniciadas y la concreción de actividades a emprenderse.

Deporte y Cultura

Una primera entrega del boletín del Club Colegial, que se proponen continuar publicando en forma mensual y con material preparado por alumnos y profesores, adelantó que los propósitos inmediatos del Club eran promover actividades culturales y deportivas y una mayor camaradería entre todos los que tienen alguna vinculación con la Escuela Normal.

Así nuestros jóvenes visitantes nos expresan que ya están en marcha en la faz cultural una conferencia sobre temas filosóficos del profesor Héctor Oscar Ciarlo [1], con debate posterior en la A. D. COSQUE el viernes 31 a las 19; un concurso de manchas para setiembre en celebración de la Primavera con la colaboración de los profesores de dibujo del establecimiento: Aldo Severi, R Morales Gorleri, Emilio Guerra, Sarah Cichero de López y Raquel Marcos; la preparación de un conjunto de teatro vocacional, asesorado por la profesora Srta. Ana Inés Manzo; una función teatral a cargo de un conjunto independiente de Avellaneda, un concurso de cuentos breves entre los alumnos de la Escuela y desde luego, la publicación del boletín del Club, por ahora impreso en mimeógrafo facilitado por la dirección y en el que se reflejará la actividad escolar, deportiva, cultural y hasta humorística de la Escuela.

En cuanto a deportes, lo de más próxima realización será el partido de fútbol entre profesores y alumnos, previo a un asado de camaradería. Además se proponen organizar campeonatos intercolegiales en forma efectiva: de hockey, rugby, fútbol, básquet, volley y otros deportes. El director de la Escuela, profesor Dunet, les facilitó el terreno de los fondos del establecimiento y allí están construyendo una cancha de baby fútbol donde próximamente se disputará un campeonato interno.

Como puede verse no faltan ni entusiasmo ni quehacer a estos decididos estudiantes cuya labor no dudamos que alcanzará el éxito que merecen.

Unión y camaradería

La Srta. Mingrone nos dice ya sobre el fin de la entrevista, que es el deseo de todos de hacer del Club el foco de atracción para los componentes de la Escuela y asimismo unirlos a los de las otras escuelas secundarias quilmeñas para lo que esperan contar con la colaboración de autoridades y alumnos de los restantes establecimientos de segunda enseñanza de la zona.

El Sr. Cabano nos expresa entonces que entre los fines primordiales del Club Colegial está también el de no dejar de insistir en la necesidad de la construcciones de edificios adecuados para los colegios secundarios de Quilmes, para lo cual realizarán las gestiones que estimen conveniente.

En una época propensa al materialismo como es la nuestra, es indudablemente grato hallar un grupo de jóvenes que, como quienes ocupan cargos directivos en el Club Colegial de la Escuela Normal, en representación de sus compañeros, se proponen una empresa hondamente espiritual, la de unir a profesores y alumnos en un solo haz en bien de la cultura quilmeña.

En la nota gráfica, el periodista y redactor del diario "El Sol", el historiador José Abel Goldar, en las instalaciones del periódico, con alumnos integrantes del Club Colegial.

En la siguiente nota periodística, del miércoles 5 de agosto del mismo año, se hace mención a la conferencia anunciada, bajo el título:



ACTO CULTURAL DEL CLUB COLEGIAL DEL NORMAL 


Iniciando sus actividades del corriente año, el Club Colegial de la Escuela Normal Nacional Mixta "Almirante Guillermo Brown" de nuestra ciudad, llevó a cabo una conferencia que estuvo a cargo del profesor Héctor Oscar Ciarlo y versó sobre el tema "El hombre, una actitud", la que fue seguida con sumo interés por la juvenil y numerosa concurrencia (Foto Héctor José)

Investigación y compilación Prof. Chalo Agnelli 

NOTAS 
[1] Ciarlo pertenecía al "Ateneo Quilmes". Fue quien en 1956, propuso bautizar a la Escuela Normal "Bartolomé Mitre", pues se conmemoraba el 50º aniversario de su fallecimiento. Ciarlo era director la Escuela Municipal de Bellas Artes “Carlos Morel” cargo que conservó hasta el 5 de abril de 1960 en que lo sustituyó el Prof José E. Pardo. La esposa del Prof. Ciarlo, Edith Beatriz de Kroom era profesora en la Normal (Ver en "Historia para un Centenario 1912 - 2012", Pág. 78)