20/12/11

Ciertas visiones de la infancia (9)
La educación diferencial para niñas

Dice Agustín Escolano: "Hace aproximadamente siglo y medio se publicaron en España los primeros libros que, a modo de guía o prontuario, iniciaban el diseño del programa educativo destinado a las niñas de clase media, futuras esposas y madres en las familias de la pequeña burguesía y en otros sectores acomodados de la sociedad del siglo XIX. Era este un hecho históricamente inédito, que inauguraba lo que con el tiempo vendría a configurarse en una tradición codificada de larga influencia." (1)

También en la República Argentina se cultivó el estilo de la época con respecto a la educación de las niñas. Numerosos textos de uso escolar ofrecen palmaria prueba de ello.

Un libro especialmente apasionante por la claridad con que se expresan los objetivos buscados es “La Niña Argentina”, de Editorial Cabaut, 1902. Hubo varias ediciones posteriores.

Compilado por Rafael Fragueiro, el libro es una colección de lecturas destinadas a formar, tal como expresamente se dice, “a las damas argentinas”. En ellas la presentación, la secuencia, la modalidad en que se van presentando tópicos que reflejaban los valores buscados, son absolutamente transparentes. 

La niña Argentina: Tercera serie;
lecturas enciclopédicas en prosa
y  verso,  dialogos y monólogos.
Una zarzuela  y un
melodrama para niñas
La Niña Argentina debe ser pulcra, suave, admirar a papá, adorar a mamá, tener modales delicados, saber cantar, recitar, cocinar, tener ciertos conocimientos de arte y ser refinada en la mesa. Una de las primeras lecciones trata acerca del tema de “pobres y ricos”, donde se deja aclarado que es algo “que siempre hubo y va a haber”, que las clases sociales son naturales y prácticamente inmutables, que la caridad debe compensar las desventajas de la pobreza “en aquellos que merezcan ser ayudados”. Otra lección demuestra a las niñas que ser mujer es una condición privilegiada porque las aleja del ”duro trabajo” y debe ser aspiración modélica, indispensable para el buen funcionamiento de la sociedad, ser una buena esposa. (2)

Rafael Fragueiro, [fue un] poeta uruguayo que dispersó su talento en una obra precoz, incoherente y desordenada, llena de inspiración y belleza, pero demasiado arrebatada por la fiebre de una producción sin tasa. Fue un niño sublime que a los diecisiete años escribía rimas dignas de Heine, por lo amargo de la ironía, lo cruel del sentimiento y lo áspero del dolor; que a esa misma edad hizo representar su tragedia Lucrezia Romana, escrita en correcto italiano; que más tarde derramó en dos libros, Allegretto y Recuerdos Viejos, toda su alma, en una derroche pasional de versos angustiados y amargos; tristes e irónicos; melancólicos y lúgubres, pero hondamente humanos, los versos más intensos, más verdaderos, más sobrios que se han escrito en el país. Discípulo de Heine y de Bécquer, su temperamento se licuó en esa producción enfermiza y triste de sus poetas. Ha sido el poeta más subjetivo y triste que haya tenido la América, y por eso, su musa fue fugaz y el poeta cayó de fatiga en mitad de la jornada, callando desde entonces. Es autor de un poema, Los buitres, y de varias traducciones y obras didácticas escritas en Buenos Aires, donde reside. Aquí [en Uruguay], fue secretario de la Legación en Londres; allá, es catedrático de Literatura en el Colegio nacional. (3)







NOTAS:

(1) Escolano, Agustín (2001). El Pensil de las niñas. Madrid, EDAF S.A. (Este libro, y otros de igual interés, se encuentran a precio muy accesible en una nueva librería de la Calle Corrientes al 1600, en Buenos Aires).
(2) "Medios para educar y dominar". Por Lidia Henales 
(3) El parnaso oriental. Antología de poetas uruguayos, con un prólogo y notas crítico-biográficas / por Raúl Montero Bustamante. Montevideo: (s. n.), 1905.

No hay comentarios:

Publicar un comentario