21/6/08

Para meditar

Nos gustaría copiar aquí dos citas literarias que -podría pensarse- tienen poco que ver con nuestro propósito específico y, sin embargo, creemos que deben ser tenidas en cuenta a la hora de orientar nuestra labor de recuperación de la historia del Normal de Quilmes a partir de la preservación de su archivo documental.
“Los acontecimientos pasados existen, después de todo, únicamente en la memoria, que es una forma de imaginación. El acontecimiento es real ahora, pero una vez que es entonces, su continua realidad depende totalmente de nosotros, de nuestra energía y de nuestra honestidad.”

Úrsula K. Le Guin (2002). Cuentos de Terramar. Prefacio. Barcelona, Ediciones Minotauro S.A.
”Entonces los grandes caminos en que el tiempo mismo se ha confundido son trazados de nuevo. Ésos son: los ingenieros del tiempo.”
Benjamín Coriat (1993). El taller y el robot. Madrid, Siglo XXI, 2ª ed., pág.11

Presentamos nuestro Proyecto

De izq. a der.: Alumno Ariel D´Atri, Prof. Raquel Gail, Prof. Vera Cowes,
Coord. del panel Lic. Patricia Sarlé


Ante la invitación recibida desde la Biblioteca Nacional de Maestros para dar a conocer nuestro Proyecto y el itinerario ya recorrido, presentamos nuestro trabajo en el marco de las Primeras Jornadas Nacionales de Recuperación del Patrimonio Histórico Educativo.

Asimismo, tuvimos oportunidad de conocer otros emprendimientos de recuperación, de entablar contacto con investigadores, archivistas, bibliotecarios y docentes de variados ámbitos y jurisdicciones, además del placer de escuchar disertantes de primer nivel que nos plantearon interesantes reflexiones, las cuales deberemos considerar en las subsiguientes etapas de labor.

Expusimos en el Panel Nº 2, de Formación Docente, al igual que el Instituto Superior del Profesorado Inicial "Sara C. de Eccleston", donde se ha conservado gran cantidad de material del prestigioso Jardín de Infantes "Mitre" desde su iniciación en 1939; el Instituto "Bernasconi" de la Ciudad de Buenos Aires que ha recuperado mucho del material producido por Rosario Vera Peñaloza para el "Museo Argentino para la Escuela Primaria", y la Escuela Normal Superior "José María Torres", primera Escuela Normal Nacional creada en Paraná en 1870 por Sarmiento.

Como es habitual en este tipo de encuentros, simultáneamente se desarrollaba la presentación de otras experiencias igualmente valiosas.

Invitamos a los interesados a compartir estos intinerarios de la memoria escolar a través del portal de la BNM www.me.gov.ar/bnm
Alumnos y docentes del ISFD Nº 104 de Quilmes coincidimos en valorar como de sumo provecho formativo la concurrencia a este evento.


16/6/08

Las verdades que testimonian los archivos escolares

Rosario Vera Peñaloza


El 28 de mayo de 1950 falleció en su provincia, La Rioja, la profesora Rosario Vera Peñaloza. Por haber dedicado su vida a la enseñanza, se toma esta fecha para conmemorar en todo el país el Día de la Maestra Jardinera y el Día de los Jardines de Infantes.

En Paraná —ciudad que tuvo el primer jardín de infantes de la República Argentina: el de la Escuela Normal—, los kindergarten toman la fecha histórica y la convierten en la Semana de los Jardines de Infantes, con variadas actividades para los más chiquitos.

ANÁLISIS HISTÓRICO. Siempre se dijo que Rosario Vera Peñaloza —considerada la “Maestra de la Patria”— se recibió de jardinera en la mencionada institución paranaense. Pero la investigación que viene realizando desde hace 20 años la profesora Norma Fernández Doux —quien se desempeña en el Área Capacitación del Rectorado de la Uader-- demuestra que en nuestra ciudad se recibió de profesora normal pero no de profesora kindergartiana.
La historia cuenta que con 20 años, ni bien se recibió de maestra en La Rioja, Rosario Vera Peñaloza viajó a Paraná para seguir el Profesorado en la Escuela Normal —una de las dos entidades del país en las que, en aquella época, se dictaba el Profesorado Normal—.
“Tenemos una carta que le escribió Anette Haven —la entonces directora de la Escuela Normal de La Rioja— al entonces director de esta escuela, José María Torres, en febrero de 1893. En la carta, Haven le dice que tiene dos chicas brillantes que colaboran en la escuela, hacen tareas de secretaría y ayudan en las prácticas de la enseñanza, que las ve con muchas condiciones para la docencia pero que ella no tiene cargos para ofrecerles. Haven le cuenta que las dos chicas obtuvieron becas para seguir sus estudios en la Normal de Paraná, ya que pensaban que a mayor preparación tendrían mayores posibilidades de ubicarse”, confió Fernández Doux a EL DIARIO, en una charla desarrollada ayer en el Archivo Histórico de la Escuela Normal, en el primer piso del antiguo edificio.
Vera Peñaloza estudió, durante 1894 y 1895, el 4º y 5º año del Profesorado Normal en esa escuela.

RELIQUIAS. Mostrando el registro de 1894 de las materias correspondientes al plan de estudios de 4º año del Profesorado Normal, Fernández Doux hizo notar que está separado del registro de materias del plan de estudios del Kindergarten Normal.
Si bien ambos planes tenían en común varias asignaturas, los del primero tenían Pedagogía en vez de Psicología; Álgebra en lugar de Teoría de los Dones; y Ejercicios Militares en vez de Trabajos Manuales.Rosario Vera Peñaloza tiene registros en las materias del Profesorado Normal y no en las asignaturas correspondientes al Profesorado en Jardín de Infantes.
“En 1894 hay una sola alumna que aspira al Kindergarten Normal, que es Custodia Zuloaga, una mendocina muy amiga de Rosario”, contó la investigadora.
Aunque Fernández Doux no ha podido dar con el registro de 1895 “porque podría haberse puesto al día con las materias de 4º mientras cursaba 5º”, sí encontró el registro de alumnos egresados de la escuela ese año y “Rosario aparece en la nómina de profesores normales pero no en la de profesores kindergartianos normales”

Fuente: El Diario de Paraná 28-05-08

14/6/08

Propuesta de Sarmiento para registros escolares

ESTADOS EN BLANCO
 Domingo Faustino Sarmiento

Ambas Américas fue una revista de la que sólo salieron a la luz cuatro números, producida por Domingo F. Sarmiento durante su misión en EE.UU., que comenzó en 1847. El artículo que copiamos a continuación finalmente no fue editado en la revista. En el mismo, se postula la utilidad de llevar en las escuelas y órganos de gobierno escolar determinados tipos de registros en formularios estandarizados (“blancos”) en los que se sistematizaría la información procedente del funcionamiento del aparato educativo.

Un Gran Proyecto
Estados en
Blanco



Llámanse blancos simplemente en inglés los estados, planillas, interrogatorios, que en palabras y con casillas impresas, dan la fórmula en que han de ser llenados ciertos documentos públicos. En los Estados Unidos la ley, como ha de ser ejecutada por funcionarios tomados de la masa general del pueblo y por el pueblo mismo, se encarga ella misma de dar las fórmulas precisas del contrato, juramento, declaración que ha de hacerse o prestarse, cosa que entre nosotros se deja al escribano, al contador, al oficinista, lo que establece en muchos casos el arbitrario, y en los más las omisiones y errores más garrafales.
Cuando la cosa a que tales fórmulas ha de aplicarse no tiene antecedentes en el país, entonces ni bueno, ni aproximativo ni malo puede obtenerse, y si hubieran de colectarse y refundirse en uno los varios informes resultaría que las discrepancias serían tales que no pudiese obtenerse un resultado.
El Honorable Henry Barnard, comisionado de Educación Nacional de los Estados Unidos, pasará luego un informe al Congreso sobre el estado y difusión de la Instrucción en todos los Estados Unidos. Es el primero que de este género se intenta en el país, y sus datos arrojarán una grande luz sobre la historia y progresos de la educación en este país. La Europa, y sobre todo la Francia, la Inglaterra y la Alemania encontrarán en este trabajo preciosas y útiles lecciones.
Pero para la edificación o estudio del pueblo americano el comisionado no se detendrá aquí. Es su ánimo reunir los datos para hacer la historia y averiguar el estado de la Educación en Europa y América hasta concluir un día con saber cuál es el grado de desarrollo intelectual de la especie humana y por tanto las proporciones en que se hallan las fuerzas morales y productivas del hombre en toda la tierra con las inermes o destructoras que aun no han sido iniciadas en el progreso humano. ¡Qué tarea tan noble, y qué resultados tan vastos, si por ejemplo en lugar clasificar pueblos por naciones, lo que poco revela, se clasificasen los individuos de la raza humana, según los grados de desarrollo intelectual! Así podría decirse: ¿Hombres que ensanchan los conocimientos humanos? ¿Hombres completamente ilustrados con los ya adquiridos? ¿Hombres que leen y escriben pero que no adquieren conocimientos? ¿Hombres que ni el instrumento han adquirido? ¿Hombres en estado de barbarie? ¿Hombres salvajes? ¡Qué contingentes darían a las estadísticas, naciones que hoy encubren con el nombre de cristianas y civilizadas, poblaciones enteras que habrían de clasificarse en los más bajos escalones de este cuadro! El honorable Mr. Barnard se ha dirigido a nosotros pidiéndonos la historia de la educación en Sud América, y no hemos vacilado en ofrecerle nuestro concurso, con los hechos que estén a nuestro alcance.
Pero, como estos son incompletos y en este estado inútiles para su grande objeto, hemos creído que debíamos proceder del mismo modo que aquí se procede y servirnos del mismo medio, aunque entonces muy restringido, con que Chile y Buenos Aires de 1855 a 1860 averiguaron por la primera vez cuál era el estado de difusión de la instrucción. Lo que aquellos estados ensayaron entonces puede el resto de América y ellos mismos ensayarlo ahora en grande escala, y nos atreveríamos a asegurar que con intentarlo sólo, se echarían los cimientos de un vasto plan de educación.
Consistiría sólo en distribuir a todos los gobiernos blancos, o planillas impresas de las cuestiones a que los prefectos, intendentes, gobernadores, de subdivisiones administrativas responderían, con sólo refundir en un cuadro también impreso las parciales relaciones que municipalidades, visitadores u otros comisionados darían, refundiendo en uno, los que les suministrasen los maestros de escuela, último eslabón de esta cadena de blancos, que han de irse llenando.
Sería tares por demás ímproba, dar desde ahora minuciosa explicación del contenido de estas fórmulas. Ellas se explican a sí mismas, y el juicio propio de cada gobierno o funcionario que haya de usarlas, establecería diferencias que al colectar los datos y querer refundirlos, destruirían la unidad, que es todo su mérito.
Bástenos hacer aquí la enumeración de los blancos de que se sirve el Departamento de Escuelas de Pensilvania, y de que hemos obtenido un ejemplar de la oficiosidad de Mr. Wickersham como un favor especial.
……………………………………………………………………………………………………
Para confeccionar este documento que resume es estado general de la educación de un Estado, han sido consultados cada uno en sucesión los documentos que se colectan con los siguientes:
Blanco para informe anual de Distrito (provincia, etc.).
Blanco para informe de Condado (partido, subdelegación, etcétera).
Blanco para informe anual de Escuela Normal.
Blanco para íd. de Colegios.
Blanco para íd. de Academias.
Blanco para íd. de escuelas Superiores.
Blanco para Institutos de Maestros.
Estas piezas como han de ser uniformes, convendría imprimirlas en la misma imprenta del Estado de Pensilvania, que tiene costeado todo el material especial que requiere y obreros hábiles.
Estos son los más esenciales blancos para el objeto indicado. Para la permanente organización de las escuelas y su inspección, aconsejaríamos hacer una edición en castellano de las piezas y registros siguientes:
Libro de informes mensuales de los maestros.
Libro de notas de los superintendentes del Distrito.
Estadística de los superintendentes de Partido, Registros de las escuelas, etc., etc.
El Estado de Pensilvania ha publicado un libro de Arquitectura de Escuelas, en que se encuentran modelos, planos y explicaciones para el constructor, de todas las formas, tamaños posibles de edificios de escuelas, a fin de que las Municipalidades y gobiernos no malbaraten dinero en construcciones fiadas al mejor parecer del albañil o arquitecto.
Un mal edificio es un error caro y duradero. Dos o tres generaciones pueden ser víctimas de él. ¡Cuánta necesidad de este libro habría en Sud América, donde la arquitectura escolar no tiene sentido! En Chile, el Gobierno encargó a M. de Baimes, arquitecto francés, que construyó palacios y teatros, edificar una escuela. No era propio decirle al Gobierno, que un arquitecto graduado no sabía cómo son los edificios para escuelas, y apeló por modelos a quien se había ocupado de esas cosas. Ambas Américas puede ahorrar muchos errores, suministrando modelos.
Creemos con lo expuesto, justificado el pasar una nota a los gobiernos de Sud América indicándoles la idea de costear la impresión de los blancos que hemos indicado al principio, para levantar el censo de la instrucción en sus respectivos Estados. Los blancos ya llevan la mitad de la tarea ejecutada, y el gasto es tan pequeño, que nos atreveríamos a aconsejarles extender su erogación hasta proveer a sus escuelas re registros, a sus visitadores, contadores, municipales, etc. de los libros y fórmulas que les corresponden.
Si la idea no fuese suscrita, se habría perdido una hoja de papel y un esfuerzo. La dignidad del silencio o de la inacción no es un título que siempre pueda ostentarse.

Fuente: Obras Completas de Sarmiento. Bs. As., Editorial Luz del Dia, 1952. Tomo XXIX, págs. 301 y ss.

11/6/08

Profesionales archivistas

Compartimos una reflexión que ya se ha dado en otros foros vinculados a la labor de Archivos y que nos parece necesario retomar dada la carencia de estos especialistas -también- en el ámbito escolar.
20/3/08
Profesionales, profesionalización. Una discusión necesaria.

Un debate muy sentido se está desarrollando en listas de correos a nivel latinoamericano.
La temática de una constante ida y vuelta de mensajes de distintos países se centra en el reconocimiento de la labor profesional de los archiveros y su espacio en el universo de las profesiones y las instituciones.
Legislación, colegiaturas, asociaciones, competencias de los títulos, desempeño laboral, reconocimiento económico, social, institucional, gubernamental, como la identificación en el imaginario colectivo de la labor de los "Archiveros, Archivistas, Técnicos y Licenciados en Archivología; la necesidad de unificar criterios y esfuerzos y lograr avances sobre la álgida realidad de varias regiones, son aspectos que ponen en valor esta discusión necesaria y madura.
Sobre la legislación aprobada recientemente en Colombia, y la discusión desarrollada entre colegas colombianos, de modo público en listas de correos sobre algunos pormenores (que alcanzó momentos duros y encontrados entre los interlocutores, pero no por ello sin el respeto debido), demuestra la calidad y claridad de objetivos de una comunidad que se afianza de modo constante.
Queda claro también que la profesionalización archivística en Latinoamérica avanza pero también, que hay aspectos a considerar sobre el tema para un estudio integral del problema como son:
1- Enseñanza y titulación. (Calidad de la misma y cantidad de egresados)
2- Ingreso laboral y ocupación de titulados.
Mercado laboral, demanda real, demanda potencial, políticas públicas y legislación.
3- Reconocimiento social de la profesión.
Actividades de difusión.
Análisis del conocimiento de la misma en distintos ámbitos profesionales, institucionales y sociales.
4- Ambitos profesionales. (Asociaciones, Colegios; y su vinculación en estrategias comunes, objetividad y efectividad).
5- Desempeño laboral. (Incidencia y calidad de la labor profesional en las instituciones y la sociedad).

Cada aspecto merece un desarrollo más amplio.
En el caso de la provincia de Santa Fe, que cuenta con un decreto de profesionalización de archivos dependientes del Poder Ejecutivo Provincial y el articulado del SIPAR (Sistema Provincial de Archivos) que establece la profesionalización progresiva de los archivos no se ha hecho un seguimiento pormenorizado y una exigencia genuina de la situación, cosa que estimo ha de variar en breve. Hay que ver si se ha cumplido la ley.
En Argentina, algunas situaciones como de "vedettismo", personalismos, excesivo afán de protagonismo, "ninguneo" (el ninguneo en Argentina es la descalificación de alguna persona o entidad desmereciendo su valor per sé) en fin, algunos ámbitos incluso institucionales, han frenado la unidad de los profesionales y promocionado el desencuentro continuo con situaciones que han llegado a ser degradantes.
Una de las frases para descalificar a profesionales y entidades utilizada en Argentina, ha sido la de "no trabaja en archivo"; o sea que aparte de descalificar absurdamente, se estigmatiza al profesional, reduciendo el ámbito de "legitimidad" del profesional a su situación laboral de ocupación o "desocupación".
En el último Congreso Argentino de Archivística Manuel Vazquez Murillo mocionó la necesidad de una mayor cantidad de profesionales para no sólo atender la demanda laboral existente, sino como método de desarrollo de la profesión. La moción fue aprobada.
Una de las conclusiones del último Congreso de Archivología del Mercosur fué la necesidad de participación de "Archiveros Jóvenes".
¿Podríamos hablar de brecha generacional y una desvinculación entre la "vieja guardia" y las nuevas generaciones? Habría que analizar este aspecto. Porque en Argentina parece ser así.
Tal vez esta demanda de jóvenes archiveros en un Congreso del Mercosur, se deba a ciertos lineamientos de quienes manejan los espacios pero se han olvidado de sus destinatarios.
Sin pretender ser reiterativo, quien se ocupó a nivel continental de promocionar la formación profesional, ha sido la OEA, pero de esto hace tiempo ya. Luego nadie lo hizo.
Sin embargo, se crearon las carreras locales.
Pero el trabajo de promoción de la profesión, no fue continuada.
Ni el Consejo Internacional de Archivos, ni la Asociación Latinoamericana de Archiveros se ha ocupado del tema en forma efectiva, y sin embargo, la profesionalización es el eje central de cualquier progreso en cualquier ámbito.
Tal vez esta carencia de interés, se deba a que quienes ocupan cargos, directivos, ejecutivos, etc., tanto en entidades archivísticas públicas, asociaciones, etc. no poseen título profesional en la materia y lo ven como una amenaza.
Sin embargo, los progresos, que los hay y consistentes, en muchos países y regiones, ha sido por fortaleza y unidad de los profesionales y quienes coinciden con la necesidad de tal.
Pero tampoco se ha visto a los profesionales a nivel latinoamericano, plantear con suficiente firmeza y coherencia, un programa progresivo que no excluya a no-profesionales, sino que incluya y perfeccione y por ende, respete derechos adquiridos.
Sin profesionales, sin técnicos, sin personal profesional desempeñándose, el conocimiento no se materializa eficazmente, no hay progreso real.
En buena hora esta discusión. Pero enhorabuena y mejor, si las distintas asociaciones y federaciones de archiveros de los países latinoamericanos, se pusieran de acuerdo para establecer no sólo objetivos, sino estrategias conjuntas sobre el tema.

Arch. Leandro E. Vurcharchuc.
Publicado por ARCHIVOS MUNICIPALES