28/4/08

Contenido del sector más antiguo

Tapa encuadernada de un libro copiador
horadada por derméstidos

¿Qué contiene nuestro archivo?

Todavía no lo sabemos con exactitud. Sin embargo, al mudarlo, hemos mirado las etiquetas y las carátulas de libros, cartapacios y biblioratos, para tratar de respetar la disposición física que tenían originalmente. Así, podemos enumerar algunos de los tipos más antiguos de documentos almacenados:

Libros copiadores de notas enviadas.
Libros copiadores de títulos emitidos.
Carpetas de notas recibidas.
Fojas profesionales de personal docente.
Cuadernos de actuación profesional docente.
Circulares del Ministerio de Educación (o, en su tiempo, de Instrucción Pública).
Manuales de procedimiento administrativo para escuelas.
Legajos de alumnos.
Legajos de personal.
Libros de actas destinados a diferentes propósitos.
Estados contables muy diversos.
Planillas de sueldos correspondientes a todo el período que la escuela perteneció a la jurisdicción nacional.
Registros de alumnos matriculados.
Registros de alumnos de escuelas privadas que rendían exámenes en este establecimiento en condición de adscriptas al mismo.
Registros de alumnos egresados.
Libros calificadores de alumnos.
Libros de actas de exámenes.
Registros de Instrucciones al personal.
Inventario de Biblioteca, Mapoteca y Museo escolar.
Fotografías.


Debemos reconocer, con gran aflicción, que el deterioro producido por una de las plagas que mayores perjuicios nos causa (“derméstidos”[1]) es realmente desmesurado en el caso de los libros de mayor antigüedad. Si bien próximamente se las combatirá con los productos adecuados y es probable que podamos exterminarlas en sucesivas campañas a medida que las larvas se desarrollen, el daño ya producido en hojas y encuadernaciones es absolutamente irrecuperable. Esta larva excava galerías sinuosas muy visibles en libros y legajos, y puede hacer verdaderos estragos tanto en el papel como en el cuero de las encuadernaciones. (Véase la ilustración más arriba)

[1]“Los coleópteros -Coleoptera- incluyen a los escarabajos, juanitas o boticarios, cascarudos, luciérnagas, tucos, bichos cortadores, gorgolos o picudos, catitas, taladros, etc. Es el orden más numeroso, que abarca una cuarta parte de todos los animales conocidos e incluye el grupo más grande de insectos que atacan libros. Una de las familias que lo componen es la de los derméstidos o dermestidae, generalmente de entre 2,5 y 5 mm., ovales y más bien convexos, con revestimiento escamoso o piloso que se distribuye sobre el cuerpo formando manchas. Los adultos de algunas especies comen polen, pero las larvas (densamente pilosas, con cerdas largas que frecuentemente se agrupan en mechones en la parte posterior del cuerpo) son perjudiciales, pues pueden devorar plumas de aves embalsamadas, colecciones entomológicas, alfombras, tapizados, cueros, pieles, alimento almacenado, etc. La especie Dermestes lardarius, probablemente presente en la Argentina, ataca encuadernaciones de cuero y pergamino. La hembra pone entre 40 y 80 huevos, directamente sobre el libro. Otras especies del género Dermestes que se encuentran en la Argentina son D. ater, D. maculatus y D. peruvianus, con características biológicas parecidas a las de D. lardarius, por lo que probablemente causen el mismo daño. Otros géneros de derméstidos perjudiciales en bibliotecas y archivos son Anthrenus y Attagenus”. (Fuente: Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Asociación Ciencia Hoy. “Insectos en Bibliotecas y Archivos. Principales especies de insectos perjudiciales para las colecciones de bibliotecas y archivos y algunos depredadores naturales que ayudan a controlarlos.” Autores: MIREYA MANFRINI DE BREWER - CLAUDIO A. SOSA. Centro de Investigaciones Entomológicas, FCEFYN, Universidad Nacional de Córdoba.)

27/4/08

Mudanza del repositorio 2




El Director Lic. Ernesto Prom nos acompaña y respalda permanentemente.
La siguiente etapa será ¡por fin! combatir las plagas que están destruyendo nuestra memoria institucional.

Mudanza del repositorio 1


En abril de 2008 se hizo necesario trasladar el repositorio completo a otro sector del establecimiento, atento a las reglamentaciones que condicionan la habilitación del suministro de gas en la actualidad.

Durante la última semana gran cantidad de alumnos colaboraron voluntariamente, con mucha dedicación y esfuerzo, a subir desde el subsuelo a la planta baja, documentación y mobiliario.

También debemos agradecer a los docentes que propiciaron esta participación, concientes sin duda de la relevancia de la tarea.

¡Muchas gracias a: Adriana, Agustín y Agustina, Analía, Angeles, Carla, Claudia y Claudio, Cristian, Delia, Esteban, Fabiana 1, Fabiana 2 y Fabiana 3, Graciela, Guillermo, Javier 1 y Javier 2, José Alberto, Juan Manuel, Julio, Mabel, Marta, Nacho, Nahuel, Norma, Roberto, Sabrina, Sebastián, Sergio, Vanesa, los alumnos de 1º G que prefirieron mantenerse en el anonimato, las alumnas de 1º E (entre ellas Vanina y Natalia) y 2º E que no pudimos identificar todavía por sus nombres, así como a la profesora que las acompañó; a los auxiliares no docentes; a Ariel y su infaltable valija de herramientas, a Andrea que nos acercó café y escribió las actas! No queremos olvidar a nadie; corríjannos si hay omisiones, por favor.

Resumen de tareas realizadas

Nos visita la Directora de la BNM en plena limpieza
(22 de setiembre de 2007)


Algunas acciones realizadas:

1. Se dictó una conferencia de sensibilización para alumnos y docentes (6/10/06).
2. Dado el interés manifestado, se dictó una segunda conferencia sobre “Conservación de documentos de archivo. Recomendaciones y Técnicas para un adecuado resguardo” (27/10/06).
3. Se solicitó ayuda técnica a la Biblioteca Nacional de Maestros, cuya Directora Lic. Graciela Perrone[1], realizó personalmente una observación del archivo y comprometió su colaboración (9/11/06).
4. Se realizó una reunión con el Prof. Jorge Huergo y la Prof. Perla Fernández, Director y Subdirectora respectivamente de la Rama de Enseñanza Superior de la Pcia. de Buenos Aires, en la que se los interesó en el proyecto y comprometieron su colaboración para establecer contacto con el I.S.F.D. y T. Nº 8 de La Plata, donde se dicta la carrera de Archivística, y gestionar la colaboración de pasantes. (5/12/06)
5. Se estableció contacto con la Prof. Marcela Pelanda, responsable del proyecto del Archivo del Normal Nº 1 de Ciudad de Buenos Aires, se realizó una visita a dicho establecimiento y se acordó mantener el contacto dada su generosa oferta de asesoramiento. (12/12/06)
6. Se iniciaron contactos con algunas empresas que pudieran estar dispuestas a contribuir con la donación de insumos necesarios para la concreción del proyecto.
7. Se realizaron reuniones con alumnos y profesores interesados en participar directamente en el proyecto, en las que se los puso al tanto de las acciones ya realizadas y se los invitó a formular propuestas.
8. En el marco de las Primeras Jornadas de Investigación y Docencia con que el Instituto inauguró el ciclo lectivo 2007, la directora de la Biblioteca Nacional de Maestros dictó una conferencia en la que presentó la idea de diseñar un proyecto nacional de recuperación de Archivos Escolares, en el cual el de la Escuela Normal de Quilmes sería el caso testigo. (28/3/07).
9. Se realizaron reuniones de profesores y alumnos con personal técnico de la Biblioteca Nacional de Maestros para aunar criterios de intervención y generar compromisos mutuos de gestión del Proyecto. (Abril-Mayo 2007)
10. Un equipo de expertas de la Biblioteca Nacional de Maestros realizó un exhaustivo análisis de las instalaciones y su acervo y emitió un dictamen sobre su estado y propuestas para su recuperación. (Mayo 2007).
11. Se realizaron nuevas reuniones con alumnos y profesores, en la que se los puso al tanto de las acciones ya realizadas y se plantearon etapas subsiguientes para la consolidación del mismo, acordes a las sugerencias recibidas de BNM.
12. Se solicitaron presupuestos a empresas especializadas en desinsectación de archivos en soporte papel. (Junio 2007)
13. Se concretó el primer Trayecto de Capacitación sobre Conservación y Archivística ofrecido por la Biblioteca Nacional de Maestros (Setiembre 2007).
14. Se inició la limpieza del sector del subsuelo utilizado como repositorio del material de archivo con grupos de alumnos y docentes voluntarios, los días sábados por la mañana. (Setiembre 2007).
15. Se dictó la resolución Ministerial Nº 1422 del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología estableciendo el programa Nacional de Archivos Escolares, bajo la dependencia de la Biblioteca Nacional de Maestros, que ha publicado en su Boletín Nº 46 la novedad con especial referencia a la Escuela Normal de Quilmes y a las actividades allí desarrolladas (Setiembre 2007) (véase:
http://www.bnm.me.gov.ar/novedades/index.php?paged=2 o bien
http://www.bnm.me.gov.ar/novedades/boletin_electronicoBNM/boletin_46/
16. Se firmó el Acta Complementaria Nº 12 al Convenio MECyT 33/03 entre autoridades educativas provinciales y nacionales, que establece el “Desarrollo y Actualización del Sistema de Gestión de la Información en Bibliotecas y Unidades de Información del Sistema Educativo” con el objeto de desarrollar acciones con miras a favorecer la creación de Archivos Escolares en la Pcia. de Bs. As., en cuyo marco se concretarán las futuras actividades para el logro del Proyecto. (7/12/07). Véase: http://www.bnm.me.gov.ar/novedades/?p=342
17. Se solicitó apoyo a la nueva gestión municipal de Quilmes que se comprometió a brindar asistencia para la mudanza del Fondo Archivístico a un recinto más apropiado. (Febrero 2008).
18. Se solicitó asistencia técnica al Equipo de la Biblioteca Nacional de Maestros para organizar la mudanza del Fondo Archivístico e iniciar su inventariado. (Febrero 2008).

Hasta aquí lo concretado en fecha 10/03/08

Nota:
[1] Egresada de este establecimiento.

Nuestros colaboradores

Este es un proyecto afortunado, pues están colaborando con nosotros organizaciones gubernamentales y no gubernamentales a las que queremos manifestar nuestro reconocimiento. El siguiente ordenamiento es meramente cronológico:
a) El Normal 1 de Capital Federal, en la figura de la prof. Marcela Pelanda, cuya experiencia en la materia y su extraordinaria disposición a brindarnos auxilio nos animó a lanzarnos al ruedo.
b) La empresa COSUGAS que con una donación nos dio la oportunidad de adquirir los primeros elementos de limpieza del depósito donde se acumulaba el fondo archivístico.
c) La Biblioteca Nacional de Maestros, cuya Directora Lic. Graciela Perrone se entusiasmó ante nuestra consulta y desarrolló un Proyecto Nacional de Archivos Escolares que servirá para enmarcar la tarea.
d) La Archivera Vilma Castro quien desde Uruguay nos ha hecho valiosas sugerencias para el Proyecto y nos ha incluido con un estimulante párrafo en su sitio en Internet. Véase http://www.archiext.com/
e) Exanqui, la ONG de ex-alumnos de la propia escuela, que desde un comienzo nos ofreció apoyo para diversos emprendimientos.
f) La Fundación "Hermanos Agustín y Enrique Rocca" que en este mes de abril nos otorgó un subsidio para poder realizar el combate de plagas y la adquisición de algunos materiales para iniciar la organización del archivo.
Sin duda alguna, esta nómina se extenderá en el futuro con la contribución de nuevas entidades que se sumarán al proyecto a medida que adquiera difusión en la comunidad educativa quilmeña.

Objetivos y Resultados esperados

Los objetivos generales planteados están pensados en el mediano y largo plazo. Para el corto plazo (12 meses) deben considerarse los mismos pero de aplicación parcial a una porción del fondo documental.

7.1.- Objetivos generales:
Organización, catalogación y descripción del Archivo Histórico de la antigua Escuela Normal Nacional Mixta de Quilmes.
Utilización del Archivo como insumo por investigadores y alumnos.

7.2.- Objetivos específicos:
1. Realizar la adecuada limpieza y reubicación del material de archivo.
2. Realizar el combate de plagas y la conservación preventiva del patrimonio.
3. Realizar la organización y catalogación de la documentación.
4. Determinar las series documentales.
5. Realizar la descripción documental y los correspondientes índices.
6. Digitalizar la documentación que constituye el acervo histórico.
7. Interesar a diferentes instituciones educativas y/o dedicadas a la archivística en el proyecto.
8. Obtener asistencia técnica y/o material para la concreción del proyecto.
9. Obtener asistencia económica y/o material para la concreción del proyecto.
10. Establecer convenios con instituciones y/u organismos estatales o privados, provinciales y/o nacionales.
11. Obtener la asignación de personal técnico con capacitación en archivística.
12. Capacitar auxiliares en archivística para una intervención adecuada en las siguientes etapas. (Alumnos del Instituto).
13. Permitir la apertura a proyectos subsiguientes (por ejemplo la instalación en la Web de un espacio de consulta documental del acervo digitalizado).
Resultados esperados a nivel interno de la institución:El impacto que se anticipa al interior de la institución, más allá del logro de los objetivos planteados, es la estimulación y facilitación de proyectos de investigación histórica dentro de las cátedras respectivas; también el conocimiento más profundo y acabado de la historia institucional como formadora de docentes a lo largo de casi diez décadas, información provechosa para todo el alumnado en los espacios curriculares donde dicha temática se aborda. Igualmente debe considerarse la cooperación con los Proyectos de desarrollo de un Centro de Investigación y del Museo Escolar, que discurren por cuerda separada.

Resultados esperados en relación con la articulación interinstitucional:El Proyecto contribuirá a desarrollar y fortalecer la articulación entre distintas instituciones y niveles del sistema educativo al impactar en las competencias de los docentes del Instituto que también actúan en la capacitación y en los postítulos. Además, proporcionará fuentes primarias a investigadores de otras instituciones, tal como, por ejemplo, la Universidad Nacional de Quilmes.

Resultados esperados en relación con el contexto cultural local:Aportar al legado cultural de Quilmes, material fotográfico y otros documentos en diferentes soportes que entrañan valor histórico, vinculados con procesos educativos y pedagógicos en la ciudad.
Ofrecer a la comunidad académica y educativa de Quilmes, un archivo histórico organizado.
La adecuación del archivo para su consulta gravitará, indudablemente, en un conocimiento más profundo y pertinente de la historia local, que no remite únicamente al próximo centenario de la institución educativa. La Reducción de los indios Quilmes data de 1666 y sus primeros pobladores corresponden a la división de tierras que hiciera Don Juan de Garay en 1580. Hay familias que tienen una dilatada historia en la localidad, algunos de cuyos miembros transitaron por la Escuela Normal de Quilmes.

Propuesta de trabajo

Alumnos y profesores, en una acción mancomunada, han tomado la iniciativa de salvaguardar este patrimonio cultural e histórico de la región, para lo cual han interesado a diversas instituciones y organizaciones. En particular la Biblioteca Nacional de Maestros, dependiente del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, ha estado brindando asistencia técnica desde fines de 2006 para proceder a poner en valor el acervo documental. A través del examen realizado por expertos enviados especialmente por dicho organismo (una Archivera, una Conservadora y una especialista en Archivos históricos escolares) han determinado cuáles son los pasos a seguir, realizando el monitoreo y asesoramiento en cada etapa.
Grupos de alumnos del profesorado se han ofrecido para trabajar como voluntarios con sus docentes, en el marco de este diseño, llevando a cabo las acciones pertinentes en cada etapa y orientados por los técnicos más arriba mencionados. La experiencia servirá para rescatar el patrimonio documental al mismo tiempo que para formarlos como auxiliares en archivística y capacitarlos en las condiciones mínimas de abordaje de fuentes para la investigación histórica.
La primera etapa consiste en reunir los materiales necesarios para la limpieza, desinsectación y restauración del material acumulado, permitiendo así su utilización para la investigación sin riesgos de pérdida, deterioro o peligro sanitario de los usuarios. La desinsectación y desinfección se hará contratando una empresa reconocida en el ramo. La limpieza y ordenamiento de los documentos la harán los grupos de voluntarios asistidos técnicamente por la BNM.
Con posterioridad, la segunda etapa permitirá obtener los recursos materiales y técnicos necesarios para catalogar, describir y reseñar en índices el fondo documental. Esta actividad constituirá la tercera etapa que, como se ha dicho más arriba, exigirá varios años de trabajo.

Situación actual del fondo documental

Situación actual del archivo del Ex - Normal de Quilmes[1]:

El fondo documental acumulado remite a la historia completa de la institución, acorde a las diferentes pautas normativas establecidas por las autoridades educativas a lo largo de más de 90 años. Medianamente organizado y en diverso grado de conservación/deterioro, allí se encuentran legajos de alumnos y profesores, libros copiadores, registros de títulos emitidos, registros de calificaciones y de asistencia, libros contables, carpetas con notas enviadas y recibidas, circulares, fotografías y objetos varios.
El acervo archivístico está depositado en un sótano, cercano a las calderas de calefacción central (mismo ambiente) y en una de sus paredes el año pasado se produjeron filtraciones de agua por una cañería averiada que dañaron documentos colocados en estanterías adosadas a dicho muro.
El mobiliario del depósito es variado, hay antiguos armarios de madera con puertas de vidrio, así como estanterías abiertas.
La mayor parte de los documentos más antiguos se encuentra en carpetas de cartón, atada con cinta de tela y rotulada por período o por letra y número en el caso de los legajos. El material más reciente se encuentra en biblioratos o, en algunos casos, apilado sobre diferentes superficies, aparentemente sin clasificar. En un armario en particular se ha depositado cantidad de documentos y fotografías que en alguna oportunidad fueron considerados más importantes para reconstruir la historia de la escuela. Se han hallado documentos previos a la fundación, datados en 1911. Todo este material está bajo llave.
El estado general denota una gran acumulación de polvo; en la estantería que sufrió mojadura hay hongos y/o mohos. Se han observado diferentes plagas del papel. Muy probablemente haya cucarachas, ya que son habituales en toda la región así como roedores. La luz artificial es pobre y no hay luz natural para inspeccionar todos los sectores adecuadamente. En un antiguo mueble con cajones se han visto registros contables aparentemente sueltos y desordenados. Muchos de los libros encuadernados se han deformado por no estar adecuadamente colocados en los estantes, así como los papeles encarpetados.
La falta de recursos y de técnicos especializados para la atención idónea de estos materiales es una constante en todas las escuelas. Como consecuencia de la manipulación inexperta y de los agentes físicos y biológicos dañinos, el archivo marcha inexorablemente hacia su destrucción.

Notas:

[1] Observaciones realizadas en el último trimestre de 2006.

Marco teórico

Estado del depósito al inicio del proyecto

Los archivos escolares constituyen acervos que contienen diversas especies documentales utilizables como fuentes primarias –indispensables e insoslayables- para la investigación histórica. Sus registros forman parte de una memoria “perdida”, olvidada, pero que representan un pasado en tanto materialización de las acciones de las instituciones escolares de otra época. Sin embargo, son poco o apenas conocidos. La falta de divulgación de esas fuentes y, en consecuencia, de su aprovechamiento para la investigación histórica, son un dato de la realidad.
Su importancia ya es reconocida desde hace tiempo en muchos países, que han podido iniciar el camino de la adecuada preservación, conservación y recuperación; de la organización y almacenamiento apropiados; del acceso a la información que ellos ocultan silenciosa y modestamente en sus repositorios descuidados y polvorientos. Indagar en sus tesoros permitiría descubrir el funcionamiento no sólo de las escuelas de otros tiempos, sino de la sociedad toda, abriendo nuevos caminos a la investigación del pasado y a la comprensión del presente. Permitiría también desarrollar nuevas líneas de análisis de las condiciones materiales y simbólicas de la evolución educativa local y nacional, revelando las luces y sombras de estructuras organizativas complejas como son las escuelas, microcosmos con formas específicas de funcionamiento, con identidad propia, cargadas de historicidad. Harían posible la reconstrucción del itinerario de vida institucional y de las personas con ellas vinculadas, en su multidimensionalidad, asumiendo el archivo un papel fundamental en la reconstrucción de la memoria escolar y de la identidad histórica de cada escuela.
En un contexto de diversidad de fuentes de información, los archivos escolares corporizan la referencia fundamental porque sus documentos constituyen, por su propia naturaleza, el núcleo duro del proceso de investigación que garantiza la solidez del proceso de indagación y puede así validar las conclusiones a que se arribe. En una dimensión más amplia, el entrecruzamiento de datos con los emanados de otras fuentes locales (archivos municipales, parroquiales, periodísticos, particulares, etc.) y con las tradicionalmente utilizadas por los historiadores -de orden provincial y nacional- enriquecerá indudablemente la interpretación teórica que pueda dárseles.
Los documentos de archivo son los que usualmente han empleado los historiadores para elaborar la narrativa histórica, sin embargo los nuevos enfoques historiográficos otorgan ahora una centralidad particular a los archivos institucionales (ya sean estos públicos o privados) por la consistencia de sus informaciones y por las certezas que transmiten a los investigadores. Las nuevas fuentes de información expresan la preocupación por las voces de los actores sociales, privilegiando testimonios orales y lógicas narrativas de naturaleza personal, o con una materialidad asociada a las prácticas (como los objetos que constituyen el patrimonio museístico), pero la configuración de la identidad histórica, al decir de Maria João Mogarro[1], pasa necesariamente por el archivo, en tanto repositorio del proceso de “escrituración” de la historia escolar. El archivo garantiza, en cada institución, la unidad, la coherencia y la consistencia, que las memorias individuales sobre la escuela, o los objetos aislados por ella producidos y utilizados, no pueden conferir por sí mismos, la memoria e identidad que hoy se ha visto como fundamental a ser reconstruida.
La falta de interés por la preservación de los acervos escolares y la comprensión de su uso como fuente para la investigación es una preocupación para muchos educadores. Para Lüdke y André generalmente las escuelas no se preocupan por salvaguardar sus registros documentales, siendo ese un dato del contexto escolar que debe ser considerado y analizado por los investigadores del área de historia de la educación.
En general las escuelas no mantienen registro de sus actividades, de las experiencias hechas y de los resultados obtenidos. Cuando existe algún material escrito, es aislado y por lo tanto poco representativo de lo que pasa en el cotidiano escolar. Es evidente que este hecho también es un dato del contexto escolar y debe ser tomado en cuenta cuando se procura estudiarlo. (Ludke e André, 1986, p.40).

Si, por un lado, la forma de preservación y las condiciones de acceso a las fuentes, cuando están disponibles, a veces se constituyen en una barrera para la investigación en historia de la educación [esta concepción puede verificarse en Lüdke e André (1986), Lopes (1992)], por otro, los archivos escolares son depositarios de un patrimonio poco o casi nada conocido y, por eso, tal vez, su potencial ha sido relegado por parte de los investigadores en historia de la educación. La falta de divulgación de esas fuentes y, por consecuencia, del conocimiento de su existencia es un hecho.
Clarice Nunes (1992), teniendo como base las posibilidades abiertas –según ella- por la nueva historia, aunque no se refiere específicamente a los archivos escolares, afirma que para estudiar las prácticas escolares desarrolladas en Río de Janeiro en las décadas del veinte y del treinta, el problema está justamente en la abundancia de material inédito. Muchos documentos están confinados en archivos oficiales y escolares, a la espera de ser encontrados y explorados. [2]
La falta de recursos humanos y financieros es un dato que no puede ser desdeñado por las escuelas para el tratamiento de la documentación. Como consecuencia, tenemos no sólo una manipulación inadecuada sino que otros factores extrínsecos, como agentes físicos y biológicos, tales como la temperatura y humedad, agentes polucionantes de la atmósfera, presencia de insectos, hongos u otras plagas del papel, hacen que también sea difícil su conservación, lo que contribuye a una inexorable destrucción.
Algunos documentos devienen en un estado tan crítico que se hacen irrecuperables hasta para un proceso de restauración, que recupera el soporte material pero no la información.
En ocasiones, las escuelas identifican el espacio destinado a la documentación acumulada como un archivo “muerto”. Hoy sabemos que ésa es una antigua e incorrecta denominación para la documentación de carácter permanente, connotando la existencia de documentación sin ninguna utilidad. (Solis, 1992). Esta interpretación errónea es perjudicial para la preservación del acervo, pues lo “muerto” no sirve más, es apenas una masa de papel viejo ocupando espacio, que puede ser descartada. Así se perdieron, por ejemplo en nuestro país, las cédulas censales de 1914 y sólo disponemos hoy en día de los resúmenes del Censo Nacional de Población de dicho año.
Ligada a la cuestión de la preservación está la cuestión de la expurgación documental. D. G. Vidal[3] entiende que, dentro de la tradición archivística -en lo que se refiere a los archivos escolares- en el proceso de descarte los primeros documentos a ser eliminados del archivo pensado como “muerto” son los cuadernos de los alumnos, los planes de clase, los leccionarios. No así las publicaciones oficiales, producidas por el Poder, que nunca son descartadas. (Vidal, 2000, 38). Para Vidal, al dejarse fuera la documentación producida por profesores y alumnos, personajes que encarnan una nueva historia cuyo testimonio es valioso desde la óptica de los actuales paradigmas de investigación, esta última se ve perjudicada al quedar excluida la posibilidad de estudiar lo cotidiano en las escuelas.
Preservar significa conservar preventivamente lo que fue valorado como permanente, independientemente del soporte de la información. En su definición, preservar:
No significa guardar todo, sino “valorar” la documentación, descartando lo innecesario o creando condiciones mínimas de supervivencia del soporte físico (materialidad de la información y del documento).[4]

Guardar -en la perspectiva de la documentación entendida como permanente- significa proporcionar condiciones adecuadas para esa guarda, por eso trabajamos con la óptica de la conservación preventiva que es vista como más económica, dotando de longevidad al documento y evitando intervenciones más radicales de restauración.
En la moderna archivística, el trabajo de valoración documental, que siempre es una cuestión discutida dentro del área, debe ser realizado por una comisión de Valoración de Documentos de carácter interdisciplinario, compuesta por todos los profesionales involucrados con la documentación que se pretende valorar, desde su proceso de elaboración, pasando por su tramitación, hasta su destino final, pudiendo ser entonces reproducida en un nuevo soporte y después eliminada o guardada definitivamente.

Notas:

[1] Mogarro, Maria João. “Arquivo e Educação. A construção da memória educativa”. Sísifo Revista de Ciências da Educação Unidade de I&D de Ciências da Educação da Universidade de Lisboa. Direcção de Rui Canário e Jorge Ramos do Ó. História da Educação e Educação Comparada: novos territórios e algumas revisitações a dois domínios disciplinares contíguos.

[2] Citada por: da Costa Bonato, Nailda Marinho (UNIRIO). “Arquivos escolares. Limites e posibilidades para a pesquisa”.( Traducción propia).

[3] VIDAL, Diana Gonçalves. Fim do mundo do fim: avaliação, preservação e descarte documental. In. FARIA FILHO, Luciano Mendes de (Org.). Arquivos, fontes e novas tecnologias: questões para a história da educação. Campinas, SP; Autores Associados; Bragança Paulista, SP: Universidade São Francisco, 2000. p.31-43. (Coleção memória da educação). (Traducción propia) Diana Gonçalves Vidal es Profesora de Historia de la Educación de la Facultad de Educación de la USP y coordinadora del Núcleo Interdisciplinar de Estudios e Investigaciones en Historia de la Educación (NIEPHE), en la misma facultad.

[4] VIDAL, Diana Gonçalves. Idem.

Fundamentación del Proyecto




Los archivos escolares son producto del desarrollo de las actividades propias de las instituciones educativas, tanto en sus aspectos técnico-pedagógicos como administrativos. La normativa que los rige prescribe la conservación permanente de gran parte de la documentación que generan, bajo la responsabilidad del secretario del establecimiento.
Sin embargo, este funcionario carece de formación técnica específica y de tiempo material para ocuparse de la correcta administración del patrimonio que debe custodiar, razón por la cual el archivo escolar es de ordinario un simple depósito, descuidado en aspectos relativos al orden y limpieza y al que se acude sólo para agregar la documentación del año lectivo que se cierra o en busca de información requerida por un antiguo docente o un ex-alumno que habilitan un nuevo trámite.
Cuando el establecimiento educativo tiene cierta cantidad de años de trayectoria, este archivo, al igual que cualquier otro, se convierte –además- en riquísimo material de investigación para historiadores, y ahondar en él puede echar luz sobre infinidad de aspectos vinculados al desarrollo educativo, social y político de una determinada comunidad.
El caso que motiva este proyecto es un claro ejemplo de lo antedicho. Se trata de una escuela casi centenaria, primera en su tipo para el conurbano sur que, afortunadamente, no sufrió incendios, inundaciones ni depredaciones importantes. En ella se dicta desde hace pocos años la carrera de Profesor en Ciencias Sociales y, en consecuencia, los propios estudiantes pueden formarse como investigadores indagando en fuentes primarias al alcance de la mano. Pero el archivo no puede ofrecer su tesoro en las condiciones actuales. Necesita ser limpiado, organizado, reubicado, catalogado y requiere que su documentación sea adecuadamente descripta y reseñada en índices para su posterior aprovechamiento a los fines de la investigación. Y, eventualmente, digitalizada con vistas a su preservación y a su utilización por un universo de usuarios más amplio y disperso.
El acceso de los estudiantes, así como de cualquier otra persona, sin tomar las adecuadas precauciones pone en severo riesgo la conservación del patrimonio histórico, además de la salud de los propios usuarios, y desperdicia la oportunidad de sacar el máximo provecho académico de las fuentes.




Brevísima noticia histórica de la institución


Brevísima noticia histórica de la institución (corregida y actualizada marzo 2011)


La Escuela Normal de Maestras, primer colegio oficial de estudios secundarios de Quilmes, se creó por ley nacional de 1912, en la gestión ministerial de Juan M. Garro, durante la presidencia de Roque Sáenz Peña. Sin embargo, la misma fue concreción de un proyecto de la comunidad quilmeña liderado por el Inspector Técnico de Escuelas y antiguo maestro de la localidad, Sr. Atanasio Lanz, quien en ocasión de su ascenso a Inspector pronunciara las siguientes palabras: “La enseñanza de Quilmes necesita para su progreso y perfeccionamiento una Escuela Normal, donde vayan los niños con todas las comodidades y en forma poco onerosa obtengan el título que los acredita como educadores y para que una vez recibidos apliquen su saber principalmente en las escuelas del distrito.” 

La noche del 5 de marzo de 1911 se realiza en el edificio del Club Social, sito entonces en la calle Rivadavia entre Alvear y Brown, un banquete al que concurrieron más de treinta personas para homenajear al señor Anastasio Antonio Lanz por su nombramiento como Inspector de Escuelas. El homenajeado es un hombre de 34 años nacido en “Casa de Teja”, luego “San Juan” y hoy Florencio Varela (en el año 1877).

Al agradecer la demostración de la que es objeto, Lanz pronuncia un discurso que contiene en uno de sus párrafos, el “germen principio – origen, de la Escuela Normal Mixta de Quilmes. 

Antes de lanzar esta idea, Lanz había efectuado un estudio de la necesidad que tenía Quilmes y todos los centros de población que lo rodean, de poseer un establecimiento de educación secundaria oficial.

Reconoce que existen en el partido numerosos colegios primarios de cuyas aulas egresan centenares de niños, que quedan sin proseguir carrera; algunos por falta de recursos pecuniarios, otros por temor de los padres de enviarlos a la capital, o por no conseguir asientos en las escuelas normales que en ella existen.

Lanz considera que los pueblos como Quilmes responden mejor como centros de estudio que una gran metrópoli y que está localidad sirve a núcleos de población como: Bernal, Berazategui, Ezpeleta, Conchitas (actual Hudson), Wilde, Los Hornos (hoy Bernal oeste), la Colonia (hoy Quilmes oeste) y Florencio Varela. 


Sabe que para el magisterio se preparan libremente en Quilmes 40 niñas, que si existiera una Escuela Normal en Quilmes con seguridad la cifra llegaría a cien, por lo tanto afirma que el partido necesita una Escuela Normal. Sus palabras como una semilla arrojada en buena tierra se recibe con entusiasmo por la población, y se planea formar una comisión de personas caracterizadas para gestionar ante las autoridades nacionales la inmediata instalación de una Escuela Normal y además un Colegio nacional. 

El Sr. Lanz (hijo) fue corresponsal del diario La Prensa por la comunidad de Quilmes y Berazategui desde 1904 hasta 1919, y en esas páginas podemos encontrar las numerosas menciones que dan cuenta de las vicisitudes que tomaron cuerpo a los largo de la etapa prefundacional y fundacional.

El 27 de agosto de 1911 puede leerse: “El pueblo de Quilmes cree a justo título que será oído en su demanda por las altas autoridades de la Nación, pues lo que solicitará está ampliamente justificado. Su población pasa de 30.000 habitantes, su instrucción primaria está adelantada, como en la misma Capital Federal, poseyendo 26 escuelas de la provincia, más el Colegio Salesiano y María Auxiliadora de Bernal, La merced, San Jorge, San Luis, San José, Alemán, Inglés (de niños), Cousillas y otros. A pesar del incremento de la Instrucción primaria, no posee ningún colegio de enseñanza normal, ni secundaria, perdiéndose por esa causa innumerables aptitudes que podrían, con éxito, ejercer la carrera del profesorado como la universitaria.

Si se creara una Escuela Normal en Quilmes, produciría cincuenta maestros normales que prestarían grandes servicios en la provincia y en la Capital Federal, los que no poseen el personal docente preparado para ocupar los nuevos puestos que el progreso escolar reclama.”

También el periodismo local impulsó la demanda surgida de “pequeños comerciantes, industriales y propietarios, los que cifrarían su porvenir en que sus hijos obtuvieran un título profesional que les sirviera para ejercitar sus actividades en un campo relativamente elevado.”

Con este propósito se formó la comisión que generó todas las acciones necesarias para la concreción del proyecto, dando lugar –en el Congreso Nacional- a la creación de esta escuela y tres Normales más simultáneamente: la de Lomas de Zamora, la de San Fernando y una en San Francisco, Provincia de Córdoba. 

En un principio se corrió el riesgo de que la creación establecida por ley se trasladara al barrio de Belgrano (en la Capital Federal), a falta de instalaciones apropiadas. Pero la inmediata reacción de la población local resultó en la cesión transitoria de aulas de la escuela Nº 1 para posibilitar su funcionamiento. Los meses siguientes ocupó viviendas alquiladas a ese fin, hasta que el año 1915 dio inicio a las actividades en la manzana que aún ocupa, entre las calles Mitre, Sarmiento, Colón y Conesa.

Este local también era una vivienda, alquilada por el Consejo Nacional de Educación a una familia que -por razones de negocios- la habitó durante poco tiempo pues se trasladó a La Plata, donde había adquirido una fábrica de ladrillos. Nos referimos a la familia Ctibor. La casa había sido edificada el siglo anterior por otra familia prominente de la sociedad quilmeña, los Clark.

Así, el 23 de octubre de 1912 se inauguró oficialmente la “Escuela Normal de Maestras”, que inició sus clases con un Curso Normal integrado por 42 alumnas y un Departamento de Aplicación que incluía los 7 grados con un total de 151 alumnos. En 1914 pasó a denominarse “Escuela Normal Mixta”; dos años después se graduó la primera promoción, compuesta por 21 señoritas y un varón proveniente de otro establecimiento.

El Director-Fundador se llamó José Domingo Sosa del Valle y tenía de 34 años de edad al asumir sus funciones. Este catamarqueño se había graduado como Profesor Normal en la Escuela Normal de Profesores de la Capital en el año 1899 y anteriormente se desempeñó como Maestro de Grado en la Escuela Nº 1 de varones del partido de General Sarmiento, luego fue Sub Preceptor en la Escuela Nº 1 del Consejo Escolar 14 de la Capital Federal; más adelante fue ascendido allí mismo a Preceptor y a Vice-Director. También prestó servicio en la Escuela Nocturna “A” del expresado Consejo como Sub Preceptor hasta que fue designado Director, cargo desempeñado hasta 1909. En esta fecha fue nombrado Regente y catedrático de Idioma Nacional y Aritmética en la Escuela Normal de Santa Rosa de Toay, provincia de La Pampa. Finalmente en abril de 1912 se le nombró Director y catedrático de nuestra Escuela.

Lo acompañó en la gestión desde el primer momento Olivio J. Acosta, ciudadano argentino, de 38 años. Maestro Normal recibido en la Escuela Normal de Profesores de Paraná el año 1893. Antes de llegar a Quilmes se había desempeñado como Maestro de Grado en la Escuela Superior de Varones de Nogoyá (Entre Ríos), en Villaguay (E. R.); y como Vice Director en la Escuela Superior mixta de Diamante (E. R.). En la Capital Federal fue subpreceptor de la Escuela Nº 9 del Consejo Escolar Nº 19; luego fue Director de la Escuela Nº 7 de Colonia Sarmiento (Chubut), Director de la Escuela Nº 9 de Trelew (Chubut); nuevamente en Buenos Aires, Preceptor de la Escuela Superior Nº 1 del C. Escolar 13 (Cap. Federal) y subpreceptor de la Escuela Nocturna Nº 10 del C. E. 10; Inspector Técnico de la 6ª Sección de Territorios Nacionales; también de la 7ª Sección (Pampa); de la 4ª Sección (Chubut), hasta su designación como Vice Director de la Escuela Normal de Quilmes y Catedrático de Historia y Aritmética.

Estos experimentados educadores estuvieron secundados por maestras y profesores que llegaron a adquirir renombre y prestigio en nuestra comuna y aún más allá: la Sra. Crescencia López Oliveros de Molina, Regente del Departamento de Aplicación durante muchos años; española de nacimiento y con trayectoria docente en las localidades de Azul y 25 de Mayo. La Srta. Silvia Manuela Gorleri, con la triple función de Secretaria, Tesorera y Bibliotecaria; sus hermanas como maestras; la Srta. Irene Sofía Rodríguez Garay (sub-regente), y un formidable grupo de profesores entre los cuales hubo médicos, científicos, artistas, matemáticos, literatos, en fin, profesionales de primera línea que con su dedicación a la docencia contribuyeron rápidamente a enriquecer la preparación del alumnado y que, por si esto fuera poco, participaron activamente en la gestación de numerosa instituciones culturales tales como la Universidad Femenina de Quilmes, la Universidad Popular, el Colegio Nacional en el cual se desempeñaron por casi una década sin percibir sueldos y otras que resultaría muy extenso citar.

De aquellos primeros años de funcionamiento se conocen diversas acciones tendientes a elevar el nivel académico e institucional: se enviaron cinco representantes al Congreso Pedagógico Nacional celebrado en Córdoba (1919), se participó en el Congreso Americano de Bibliografía e Historia, en el de Ciencias Naturales (1916), y en el Congreso Nacional de Química (1918); se creó la Asociación de Padres; también la Biblioteca Popular al interior de la Escuela, impulsada por el centro de Alumnos Normales (1919) y al amparo de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares; se adquirió el piano para las clases de Música y se instaló el teléfono (1916).

Durante la gestión del segundo director, Prof. Juan Manuel Cotta, se crearon el Museo de Historia Natural Ameghino, el Gabinete de Química y 20 bibliotecas de aula. Por iniciativa de una ex-alumna y entonces profesora de Ciencias Naturales, se diseñó y plantó el Jardín Sistemático, con alrededor de 1.000 especies clasificadas, donadas por el Jardín Botánico.

El alumnado aumentaba acompañando el creciente prestigio de la institución educativa. Hacia 1922, los propietarios del inmueble presentaron un proyecto de ampliación que contemplaba la construcción de aulas y galería. A partir de 1924, se compartieron las instalaciones con el Colegio Secundario de Quilmes, recientemente creado. En los años siguientes se realizarían nuevas ampliaciones y mejoras edilicias, acompañando el progreso local (como la red de cloacas y de agua corriente en la zona). Entre 1948 y 1949 el Curso de Aplicación se trasladó a la sede de Moreno 769, que aún ocupa.

En 1949 inició sus actividades el Jardín de Infantes con una sección, que se ampliaría a dos en 1954.

En 1957 se le asignó el nombre “Almirante Guillermo Brown”. Dos años más tarde resurgió el Club Colegial, con el fin de promover actividades culturales y deportivas. Al cumplirse las Bodas de Oro se reemplazaron los deteriorados pisos de madera por mosaicos y se reparó el frente de la vieja casona.

Luego llegó el tiempo de la renovación edilicia. En 1980 se colocó la piedra basal del actual edificio, aún inconcluso. Las obras se iniciaron sobre la demolición de la vieja casona y se extendieron a lo largo de toda la cuadra de la calle Mitre, sepultando la magnolia ya gigantesca, las palmeras, el pimentero, el eucaliptus blanco y las demás especies que ornamentaban la histórica escuela. Ni una pared, ni una piedra se han conservado para recordar la significativa influencia que tuvo esta institución durante los cien años que pronto cumplirá. Las rejas perimetrales yacen olvidadas en el sótano, a la espera de un amoroso gesto de reconocimiento. 

Una fracción de la manzana con acceso por la calle Conesa se destinó al Jardín de Infantes y el sector que da sobre la calle Sarmiento pertenece al Colegio Nacional, cuyo actual edificio se construyó en el marco del PRODYMES.

En nuestra sede actualmente se dictan clases de la Escuela Media 20 (ex Polimodal), de la Escuela Secundaria Básica Nº 27, en los turnos mañana y tarde, y del Instituto Superior de Formación Docente Nº 104 en el turno vespertino. En la sede de la calle Moreno se dictan clases de la EPB 84 (ex Departamento de Aplicación) y un curso del Instituto en turno tarde (Profesorado de EPB). Todos estos servicios más el Jardín de Infantes Nº 949 constituyen una Unidad Académica.

Aproximadamente 3.000 alumnos y cerca de 500 docentes circulan hoy por sus aulas y pasillos. De allí salieron, en el pasado, ilustres figuras de las ciencias, las artes y la política. ¿Qué tributo sería suficiente para evocar la obra civilizadora y cultural de esta escuela centenaria?


Fuentes:

Datos recogidos en el Proyecto de Investigación “La Escuela Normal de Quilmes: Reconstruyendo su identidad institucional”, mimeo, 1997.
María Luisa Núñez y Liliana Porfiri. Atanasio Antonio Lanz, maestro. Secretaría de Cultura y Educación, Municipalidad de Berazategui, 2008.
Héctor Agnelli, varias publicaciones éditas y on-line.
Archivo de la Escuela Normal.

Antigua Escuela Normal de Quilmes

Presentación:

Este espacio virtual está destinado a acompañar y sostener la recuperación y puesta en valor del acervo documental depositado en la antigua Escuela Normal Mixta de Quilmes "Alte. Guillermo Brown", convertida hoy en Unidad Académica cuyo Nivel Superior se denomina I.S.F.D Nº 104.

Comenzamos reseñando el Proyecto de Trabajo iniciado en 2006 y siguiendo los sucesivos avances realizados.

Somos responsables: el Equipo Directivo, docentes y alumnos del ISFD 104, Provincia de Buenos Aires.
Coordinadora del proyecto: Prof. Raquel Gail.